Diario de León

Hedi Slimane lleva «Perfect Stranger» al Musac

El Musac muestra hasta septiembre «Perfect Stranger», un proyecto en el que Hedi Slimane bucea en la forja de la personalidad juvenil a través de la música

Imagen del montaje de la exposición actual de Hedi Slimane en el Musac

Imagen del montaje de la exposición actual de Hedi Slimane en el Musac

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Cristina Fanjul - león
León

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Dice Hedi Slimane que su afán es captar la esencia de la juventud, una edad que pasa tan rápidamente que casi no existe. La imposibilidad de preservarla hace que este Peter Pan contemporáneo busque sin fin a sus niños perdidos, tratando de filtrar la esencia que detenga la fugacidad de la juventud, ese momento en el que, como él mismo subraya, todo es posible, ese lugar que sólo se hace real cuando ya no es más que una postal, una imagen que únicamente se hace presente a través del recuerdo. La exposición ideada para el Musac por el artista francés es eso, pero es mucho más. La muestra evoca el espíritu del fenómeno fan , palabra que, al revés de lo que muchos pueden pensar, no se asimila a la voz fanático sino a la inglesa fancy, que significa apetecer algo con devoción. John Savage subraya la semántica de la creación del fenómeno fan y hace hincapié en el protagonismo que estos enfervorecidos seguidores tuvieron en el desarrollo de la cultura pop por su identificación con la estrella. De esta manera, ese momento de la vida en el que todo es posible, se convierte en la edad de una nueva religión. Los adolescentes levantan altares sobre los que colocan nuevos dioses a los que adorar, dioses en los que, como dice Hedi Slimane en la entrevista, tratan de hallar trascendencia y curación. A veces, también muerte. O la vida eterna a través de la eterna juventud, caso de iconos como James Dean -«sueña como si fueras a vivir siempre; vive como si fueras a morir mañana»-. Son papeles que se intercambian, que se confunden en la representación, como ocurre en la muestra. El artista se refleja en los rostros de sus seguidores y bebe de la imagen que recibe de ellos, en una metáfora retorcida de Dorian Gray. Es decir, la composición, la estructura con la que se ha realizado la exhibición es como una espiral, un bucle que se retroalimenta. Los fans acuden a la estrella en busca de aliento espiritual y ésta, a su vez, como en un regreso romántico al castillo de Drácula, necesita su éxtasis para continuar. Y en medio de todo ello, la música, el nuevo idioma, la fe verdadera para cientos de miles de jóvenes que cada verano realizan peregrinaciones buscando comunión. No es la primera vez que el Musac convierte la música en protagonista de la exposición. Aunque con niveles diferentes de implicación, pueden citarse las de Dora García ( Vibraciones ), Candice Breitz y, más recientemente, David Muller, que presentó en León la muestra I like your music, I love your music . Todo ello sin olvidar la que reunió la obra de Carmela García, Cristina García Rodero, Immo Klink, Ángel Marcos, Álvaro Villarrubia y Massimo Vitali en Benicassim. El festival . La música, la gran partitura del universo, se convierte para la adolescencia en un elemento para que su huella sea indeleble. Transformar el sonido del tiempo en música para la eternidad, modificar el guión y hacer que la vida regrese con la marea: «Su tictac va más despacio que el latido de tu corazón, pero es dinamita lenta, una explosión gradual que hace estallar el mundo en el que vivimos en añicos calcinados. El tiempo... ¿quién podrá vencerlo, quién derrotarlo alguna vez?» Slimane lo intenta. «Los festivales son procesiones paganas. Se trata de la búsqueda de trascendencia, de algo a lo que adorar, algo que cure y cicatrice» «Lo que yo he hecho ha sido diseccionar la semántica del rock, reducirla a unos cuantos símbolos» «Exploro a los demás en una especie de conexión muda, un diálogo silencioso con el otro que, por lo general, es un desconocido»

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