Diario de León
Publicado por
JOSÉ JAVIER ESPARZA
León

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Hay una gran polémica sobre los Príncipes de Asturias. Se trata de lo siguiente: ¿Lo de doña Leticia fue un gesto espontáneo o deliberado? Recordemos: partido España-Rusia de semifinales, medio mundo mirando la tele, la cámara que enfoca fugazmente a la principesca pareja sentada en la tribuna y entonces, ¡zas!, doña Leticia echa mano de autoridad doméstica, tira del largo brazo de su cónyuge y lo coloca junto a sí, con el inequívoco gesto de quien dice «esto es mío». Interpretaciones: a) Gesto autoritario de quien desea gobernar la imagen pública de la pareja; b) Gesto conyugal de la señora que exige al marido cariñito, «para una vez que me sacas, jopé»; c) Gesto romántico de la dama que, inquieta por la incertidumbre, busca instintivamente la protección del varón, para irritación de la ministra Bibiana Aído. La clave está aquí: ¿Sabía Leticia que la cámara los estaba enfocando en ese preciso momento? Imposible saberlo. Por el contrario, es mucho más probable que lo supieran -él y ella- en esos otros momentos, alborozados, que también protagonizó la pareja después de cada gol, cuando regalaron al público una afectuosa ración de abrazos y carantoñas. No era para menos. La Roja, que esta vez era La Gualda, ganó: sobrada, dominadora, magistral, derrochando -o, más bien, invirtiendo- fútbol de primera. Cuatro lo contó bien, entre otras cosas porque sus comentaristas hablan de fútbol, no como los de La Sexta. Llamativamente, uno pone la oreja por ahí y constata que el lance de los Príncipes ha sido más comentado que ese otro, en la televisión pública, de dos políticos nacionalistas pronunciándose por Rusia contra España, como aquel discurso de Serrano Súñer en 1941, pero al revés. Pero, claro, es que los Príncipes son mucho más telegénicos que Urkullu; bien lo saben en Cuatro, cuyos reporteros se apresuraron a ir a ver a don Felipe y doña Leticia después del partido, entre jarana y alegrías, para pulsar la opinión sobre este momento histórico. ¿Histórico? Sí, claro: esto no se veía desde 1984. Histórica también ha sido -aunque previsible- la cifra de audiencia: cuota de pantalla del 72,7%, minuto de oro con una cuota del 84,1% y más de 17 millones de espectadores (el gol de Silva), media general de unos 12,9 millones de espectadores. Brutal. Pero ojo: tanto la prórroga como, sobre todo, los penaltis del España-Italia tuvieron más gente delante, hasta sobrepasar los 15 millones de espectadores sostenidos. Pregunta: ¿Tiene un techo de audiencia la selección nacional de fútbol, aunque sea el techo de un rascacielos, como es ese 77,5% de los penaltis ante los italianos? Lo sabremos el domingo, en la final contra Alemania.

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