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| Reportaje | La recuperación de la joya |

Trece años de obras en San Isidoro

A finales de agosto reabrirá una iglesia «nueva» que se ocultaba bajo una capa de suciedad

Publicado por
Tomás Álvarez - león
León

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San Isidoro, el complejo palatino y religioso central del Reino de León, está sufriendo un proceso de recuperación que ya dura trece años. En agosto se reabrirá la basílica, cuyo interior ha ganado en luminosidad y belleza. Enclavado en el ángulo noroeste de las murallas de la Legio VII romana, el edificio de San Isidoro integró el Palacio Real, la Capilla Palatina, el Panteón Real y las dependencias de un monasterio sumamente poderoso. Hoy es un conglomerado artístico en el que hay desde resabios del arte árabe a un excelente románico, construcción gótica, renacentista y de los siglos XVII y XVIII. Hasta ahora, lo más famoso del complejo de San Isidoro era el Panteón Real, la llamada Capilla Sixtina del románico, por sus excepcionales pinturas, en tanto que el aprecio a la iglesia quedaba relegado a un segundo plano, salvo para los conocedores del arte. Tras una profunda limpieza de humedades, hollín y suciedad en muros y paramentos, ahora queda visible una nueva iglesia, donde se perciben las huellas de la historia, y con una estructura y luminosidad que recuerda modelos borgoñones. Asombra que bajo la capa de negrura apareciesen una columna de mármol verdoso, restos de época romana o la huella de restauraciones que han permitido mantener el edificio en pie, después de que los franceses lo maltratasen durante la Guerra de la Independencia. Un incendio, tal vez producido por un rayo, provocó en 1811 la combustión del monumento, que quedó seriamente dañado. En el transepto aún quedan muchas piedras rojizas que, a decir de Ramón Cañas, uno de los arquitectos conservadores, denotan que el templo se convirtió en un auténtico horno, donde desapareció todo, y en el que la propia piedra se «coció» y cambió de color. «Muchas de esas piedras fueron sustituidas en sucesivas intervenciones, principalmente la de Juan Crisóstomo Torbado, y otras aún están ahora en un proceso de descomposición y desconchamiento que estamos remediando», comenta el arquitecto. Junto a la luminosidad, la iglesia gana aparentemente en amplitud. Reaparecen nítidamente las señas de los canteros y de los restauradores y se aprecian con más definición las distintas etapas constructivas. Pero la recuperación de gran complejo de San Isidoro está avanzando desde hace tiempo merced al apoyo de fondos europeos, la Junta y la activa participación del Cabildo. Historia de unas obras En 1994 se empezaron a cambiar las cubiertas del edificio; posteriormente hacia 1999 se hicieron intervenciones en el presbiterio, la Biblioteca y la espectacular escalera prioral; también se inició por entonces la remoción del ala oeste. La torre del gallo, que se yergue separada de la Iglesia y las dependencias reales, se reparó en dos fases, del 2000 al 2003. En el transcurso de la primera «apareció» un tesoro que estaba a la vista de todos, pero al que no se le daba importancia: el gallo que corona el chapitel. Las obras en la casa de espiritualidad, la de los canónigos, los claustros... han continuado avanzando y ahora, tras la recuperación del interior de la iglesia, se abre un nuevo reto: la actuación en la fachada sur y en las salas museísticas; tareas clave en el proyecto global y para las que se cuenta con el apoyo de Caja Madrid.

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