Alberti enfrenta la razón a los monstruos a la vera del río
El Congreso acoge la representación de la obra de Alberti «Noche de guerra en el Museo del Prado», un auto sacramental laico con el que el poeta representó la lucha de libertad contra tiranía
Uno de los mayores atractivos del Congreso será la representación (en Hospital de Órbigo -19 de julio a las 22.00 a la vera de la Puente del Passo Honroso- y Astorga - 16 de julio a las 21.00 en el teatro Gullón-) de la obra de Rafael Alberti Noche de guerra en el Museo del Prado . La obra recrea la rebelión de los personajes de los cuadros, entre los que sobresalen los de Goya enfrentados a los ejércitos napoleónicos de la Guerra de la Independencia y crea una rica atmósfera en la que plástica y sonido se unen para proponer uno de los dramas españoles más modernos de este periodo. Su originalidad lo contrapone al hábito naturalista que se había extendido en la escena de posguerra del 27. Rafael Alberti, como personaje dramático, recuerda los años de la guerra civil en los que, junto a otros compañeros, salvaron el Museo del Prado de la aviación franquista. Para eso inventa una ficción en la que los personajes de varios cuadros se rebelan contra el invasor, sobre todo, los de Los Fusilamientos del 3 de mayo , de Goya, que muestra cómo el pueblo de Madrid defendió sus calles de los ejércitos franceses que habían entrado en España con total impunidad. Otros personajes de Ticiano, Velázquez y Fra Angelico unen sus fuerzas ante ése y cualquier invasor. El poeta la escribió en 1956 durante su exilio en Argentina y esta inspirada en uno de los episodios que el poeta vivió durante la Guerra Civil española. En la obra las figuras de los cuadros de Goya del Museo del Prado toman vida durante el sitio de Madrid y levantan una barricada para defenderse de los invasores. Rafael Alberti se inspira en su experiencia personal durante esta contienda, cuando asumió el cargo de secretario de la Alianza de Intelectuales Antifascistas y ejerció de Comisionado del Gobierno de la República con el objetivo de poner a salvo los cuadros más valiosos del Museo del Prado. Una tarea en la que le ayudo su esposa María Teresa León.