La Diputación se une a los mecenasde la Catedral y restaurará el museo

Era la que faltaba. La Diputación se sumó ayer a los mecenas de la Catedral, en cuya lista ya figuran el Ministerio de Cultura, la Junta, el Ayuntamiento y Caja España. La presidenta de la Corporación Provincial firmó dos convenios, por importe total de 180.000 euros, destinados a restaurar las fachadas oeste y norte del Museo de la Catedral, así como los tejados de este «caserón» que surge como una extraña prolongación del templo gótico, que no se tocan desde los años ochenta. Carrasco afirmó que la institución que preside es sensible con el Patrimonio y, como prueba, se había aprendido de memoria la cifra de medio millón de euros, cantidad que, según dijo, aporta la Diputación en el actual ejercicio para conservar el patrimonio religioso de la provincia. En una breve pero intensa visita, la presidenta de la Diputación pudo comprobar el estado de las fachadas del museo que se van a restaurar «de forma inminente» -aunque no supo precisar la fecha del inicio de los trabajos-. Un caserón desaliñado En todo caso, se trata de obras imprescindibles en un inmueble que es fruto de múltiples añadidos a lo largo de los siglos. Un edificio de aspecto «descuidado» en su exterior, cargado de pequeños ventanucos, pero que en el interior guarda auténticos tesoros, piezas de todas las épocas -desde la prehistoria-, repartidas en 17 salas en torno al claustro de la Catedral. El Museo, que tiene hasta alguna pintada y carteles publicitarios pegados, delata cierto descuido por parte de las instituciones, centradas hasta la fecha en atender las acuciantes necesidades de la Catedral, pero olvidando que estas dependencias también forman parte del primer templo leonés. Inaugurado en 1981, el Museo de la Catedral es resultado de la fusión del antiguo museo diocesano con el catedralicio. El profesor de Filosofía Eduardo Prieto Escanciano, en su primer acto oficial como deán, tras la reciente renovación de cargos en el Cabildo, afirmó que no pedía dinero a título personal, sino que es la propia Catedral la que reclama atenciones. «Es la Catedral la que hace esa petición desde la herida que sufre desde hace siglos», dijo enmascarando de poesía una clara solicitud económica. Carrasco supo recoger el guante y replicó que «cuando la Catedral sangra, estamos todos heridos». Sin embargo, en un alarde de memoria, Carrasco se remontó al año 1987, cuando siendo delegada de la Junta, ya fue sensible a las necesidades del templo gótico. Máximo Gómez Rascón, director del Museo Catedralicio, pidió «fuera de programa» -una vez estampada la firma del deán y de la presidenta en los citados convenios- que la Diputación recuperara las visitas de escolares a la Catedral. Una iniciativa que se llevó a cabo durante dos años y que, según Gómez Rascón, movilizaba a cerca de 5.000 niños. La presidenta tomó nota. La Catedral entera está en obras. Se están restaurando las vidrieras y han comenzado a reparar el tejado de la nave central, los pináculos y otros elementos pétreos que corrían riesgo de desprenderse. También van a reparar las esculturas del pórtico; y han arreglado ya varias puertas... Desde que se desplomaron dos gárgolas, la Catedral no ha dejado de recibir subvenciones...