La «Travesía» de Juan Luis Guerra puso al Madison a bailar El recuerdo del poeta Ángel González resplandece en la «Semana Negra»

La noche del viernes no llovió café en el Madison Square Garden de Nueva York, pero sí los aplausos para el cantautor dominicano Juan Luis Guerra, que retornó a este escenario como parte de la gira más grande que cumple por EE.UU. en los últimos diez años. La travesía es el espectáculo que lo trajo a esta ciudad, donde radica el mayor número de dominicanos fuera de su país y que disfrutaron junto a miles seguidores de los viejos éxitos cosechados por este artista a lo largo de sus 24 años de carrera, así como los más recientes de su álbum La llave de mi corazón. Este último disco, que incluye la canción La travesía , que da título a la gira, le ha valido seis premios Grammy Latino y uno anglo, así como tres Billboard, cinco Cassandra, el más importante que se concede en su país, y dos Lo Nuestro. La noche del viernes fue la más emotiva de la XXI «Semana Negra» de Gijón, que hoy queda clausurada. Fue una velada en la que el festival gijonés rindió tributo a una de sus voces más habituales, el poeta Ángel González, fallecido el pasado mes de enero. Joaquín Sabina, Luis García Montero y José Emilio Pacheco pusieron voz a sus versos entre el delirio de centenares de personas que abarrotaron el recinto, con la emoción por el recuerdo del querido poeta desaparecido pintada en los rostros. Amistad con los maestros Después de muchos años, Ángel González no estaba en la «Semana Negra». Atrás quedaban largas veladas de poesía y amistad que el poeta ovetense compartió con otros maestros de la palabra, como Juan Gelman o los propios Joaquín Sabina y Luis García Montero. Con ellos no dudó en alguna ocasión en arrancarse por boleros, a los que González era tan aficionado y le costaba tan poco cantar conforme avanzaba la noche. Quizá en su ausencia, González estuvo esa noche más presente que nunca. El autor de Palabra sobre palabra y Áspero mundo estuvo siempre en el recuerdo de todos y sus amigos le pusieron voz, con la lectura apasionada de algunos de sus versos más significativos. Encuentros Sabina y García Montero ya eran habituales en la «carpa de encuentros» de la «Semana Negra». Pacheco, como si lo fuera, participó del mismo sentimiento con la intensidad del novicio. Los asistentes se confundieron con los protagonistas. Algo de eso sucedió cuando García Montero leyó Democracia , que compuso en honor de Jorge Semprún que se levantó para fundirse en un prolongado abrazo con el poeta.