Mendicutti echa de menos un uso más arriesgado del lenguaje en la literatura
El novelista Eduardo Mendicutti cree que escritores y editores han primado en los últimos años «la pura narración», la velocidad y la sencillez lingüística «en aras de un mayor número de lectores», frente a una literatura más elaborada y más preocupada por el lenguaje, de la que, a su juicio, han huido. Mendicutti, que ayer se encontró con sus lectores en los Martes literarios de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, ha confesado a los periodistas que esa tendencia, en su opinión predominante en la narrativa actual, le había hecho temer por el destino de su último libro, Ganas de hablar, que «se aleja mucho» de la mayoría de las novelas que se publican ahora. Pero, para su sorpresa, los lectores «han entrado muy bien» en un relato que le ha exigido superar dos retos: contar la historia del Cigala, el manicura de pueblo de 72 años que protagoniza la novela, con una sola voz, a través de la que se muestra el mundo y se escuchan la del resto de los personajes.