Poeta
«Muchos escritores viven de las florituras y de las odas a la violeta»
El escritor leonés acaba de publicar «Al borde», un libro de poesía donde muestra al hombre como un ser que oscila constantemente entre la nada y la eternidad
El leonés Manuel García Tejero compatibiliza su profesión de médico patólogo con su afición por la escritura, que le ha llevado a publicar una gran cantidad de obras literarias como Casi Haikus, casi poemas, casi nada. Ha ganado varios premios de poesía, destacando el premio Viernes de Samiento. Ahora, presenta su nuevo libro de poesía, Al borde, publicado en junio de este año. - ¿Qué es «Al Borde»? - Al borde es un libro de poesía. El título es aparentemente sugestivo. El hombre, en general, es un ser que está al borde de dos cosas: la nada eterna y el ser eterno. Y en medio de esas dos «nadas», están las cosas cotidianas: el amor, el desamor, la complicidad, la tierra. Todo eso es lo que hace al hombre entre esas dos «nadas». Por eso titulo este libro Al borde. - ¿Cómo comenzó su interés por la poesía? - La primera vez que publique un poema fue en Proa, un periódico que había en León hace años. Tenía 14 años y el poema era un romance muy sencillo. Era un chaval, por lo que no tenía ningún tipo de madurez ni de profundidad. Han pasado ya 50 años desde que publique mi primer poema. - Para usted es muy importante la relación que existe entre la música y la literatura. ¿Cómo influyo la música en «Al borde»? -Yo siempre he dicho que cada uno de nosotros, cada uno de los seres humanos, tiene una música salvadora, que en un momento determinado, fundamentalmente en momentos de angustia, modera nuestra angustia y nos salva de ella. Por eso la llamo música salvadora. Y todo el mundo tiene esa canción, yo tengo la mía, que en determinados momentos sale a flote. Al borde empieza empieza hablando de música y termina con la música. -¿Y cuál es su canción salvadora? - Sin duda. un concierto para oboe de Benedetto Marcello. Un adaggio precioso, que fue el tema de la película Muerte en Venecia. Esa es mi música salvadora. Repetidamente la escucho. Hace unos años escribí un libro, con una solo verso, que decía: Ni la música. Como tendría que estar en ese momento, para que dijera eso, que ni la música le podía salvar. - ¿Podíamos decir que la música es el «leitmotiv» de «Al borde»? - No, no es eso tampoco. Al borde empieza y acaba con dos poemas sobre la música pero no es el leitmotiv del poemario de este libro. El leitmotiv es fundamentalmente esa cotidianidad del hombre enfrentado con al amor, desamor. No empleo la metáfora para nada cuando digo herida, como decía Bukowksi, «es decir que hay sangre»... Todo el libro en sí, es una metáfora. Pero no hay una claudicación a la estética por la estética. Me interesa la poesía que diga, que la entienda la gente, un lector o un intelectual. Me interesa que cualquier persona que vea una poesía, la sienta y la viva. - ¿Bukowski es su referente? - Podría decir que Bukowski es mi icono. Porque aparentemente, escribe poemas que son una «marraned» para la persona que los lee por primera vez. Hasta que te das cuenta, que es un hombre que está completamente solo. Que busca la soledad, pero que está inmerso en un mundo en el que nosotros no podemos entrar. Es un mundo aparte, un mundo de marginación. Y lo que pasa que todo eso lo va tiñendo con escatología. El tiene tres parámetros en su vida: follar, jugar a las cartas y beber. Bebe para estar completamente ajeno al mundo, pero inmerso en ese mundo marginal. Sin embargo, es un gran intelectual, una autoridad. Por eso hay que leer la obra completa. Si lees una obra sola suya, como por ejemplo Escritos de un viaje indecente , no entiendes este autor. Hasta que vas desbrozando su obra y encuentras, de alguna manera, el diamante que hay en ese estiércol. -La soledad del escritor ¿Es un tópico? - No, no creo. Hay poetas que hablan de la soledad por que están solos, y otros la emplean como una metáfora, para aparentar. -¿Cree que la poesía está pasado una mala etapa? - El problema de la poesía es que no se vende, no se lee y al público no le interesa. Se cita y se regala, pero no se conoce. El escritor es un ser resistente y así es como se llega a publicar algo. -¿Cómo definiría su estilo? - No hago ninguna concesión a la estética, pero si que es verdad, que procuro que los poemas sea relativamente estéticos, pero no en sí mismos. -¿Cree que la poesía en España goza de buena salud? - No me gusta lo que ocurre en España con la poesía. Salvo excepciones, como la generación de Ángel González, que es gente que si que merece la pena. Pero luego, hay personas que viven de las florituras y de las odas a la violeta. Que no me interesa porque no me dicen nada. Es gente que está apegada a la estética, que son muy clásicos, en el sentido de que son muy obvios. La mayoría de la poesía no la encuentro interesante. Pero la culpa es de los poetas, que son muy endogámicos y son tan crípticos, que han hecho de la poesía una pura metáfora. Que solamente la entiende el que la escribe y, a lo mejor, ni el que la escribe la entiende .