La UPL rechazó en 2002 que León entrara en el Camino de la Lengua

Dicen de los leoneses que son ellos mismos los que se ponen las piedras en el camino. Desde luego, la actitud de algunos hace pensar que se trata de una verdad irrefutable. En este caso, las barreras las interpuso el representante del partido que más presume de defender los derechos de los ciudadanos de León, eso sí, con la pasividad o la anuencia del resto. La secuencia de los hechos fue como sigue. Era el año 2002 y se celebrara Consejo Rector del Instituto Leonés de Cultura. Fue en el seno de este órgano de la Diputación donde su director por entonces, Alfonso García, presentó un dosier en el que se establecía la oportunidad de la provincia de ingresar en una institución que estaba a punto de nacer. Se trataba del Camino de la Lengua Castellana. Alfonso García aportó en aquel momento razones de índole lingüístico, literario y turístico por las que León debía ingresar en este proyecto en el que ya estaban San Millán de la Cogolla, Santo Domingo de Silos, Salamanca, Valladolid, Ávila y Alcalá de Henares, La Rioja, Madrid, Valladolid, Burgos o Salamanca. Las razones de León García resumía en tres líneas argumentales el protagonismo de León en el castellano. En primer lugar, alegaba razones de carácter lingüístico: no sólo existen documentos de gran interés, como la Nodicia de kesos o el Tratado de Cabreros , sino que las variedades dialectales que se han dado en la provincia a lo largo de la historia tienen peso contrastado en la evolución de idioma. Además, Alfonso García justificaba que la «utilización de la lengua como elemento de creación» es un elemento de peso suficiente para integrarse en la ruta del castellano. «Y León es sin duda la provincia con más presencia literaria de todo el país en los últimos años». Enumeraba además la interminable lista de prestigiosos escritores leoneses que continuamente acaparan premios y elogios por sus obras». Asimismo, el por entonces director del ILC destacaba que la adhesión supondría para León la llegada de no menos de 200.000 visitantes anuales. A la hora de posicionarse, el diputado leonesista Luis Herrero Rubinat votó en contra. En su opinión, si la institución se hubiera denominado Camino de la Llingua llionesa, habría votado a favor. Por esta razón, y ante la pasividad del resto de representantes, el asunto se quedó sobre la mesa. Herrero Rubinat ha declarado que no recuerda cómo se desarrollaron los acontecimientos. «Tendría que ver las actas», explica. No obstante, el leonesista subraya que la razón de su posición pudo haber estado en la confusión que entonces se generaba con la creación de instituciones que, como la Fundación Villalar, trataban de «crear una identidad uniforme dirigida por Valladolid». No obstante, a día de hoy, Herrero Rubinat asegura que apoya la batalla que están librando los ayuntamientos de Chozas y Ardón para ingresar en el Camino de la Lengua Castellana.