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Publicado por
BOQUERINI
León

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MUCHO MÁS que cualquier embajada, que cualquier gira artística, que cualquier escritor, músico, pintor o actor, lo que más contribuye a difundir la imagen en el mundo es Televisión Española Internacional, el canal que, a través de diferentes satélites, y en algunos países también a través del cable, llega a todos los rincones del mundo. Un canal así, que no sólo da una visión de la vida española al mundo, sino que además muestra cómo vemos los españoles la vida en todo el planeta, es fundamental. Recientemente se anunció que entre toda esa extraña amalgama de canales que Televisión Española va a incorporar a la TDT, estará también TVE Internacional. Va a ser una manera drástica de que nos demos cuenta qué es lo que estamos mostrando al mundo de nosotros, y se nos llene la cara de vergüenza. Porque, digámoslo sin paliativos, TVE Internacional es un desastre absoluto, un canal de vergüenza ajena. Lo único que emite a la vez que la Televisión Española que vemos aquí son los telediarios. El resto es un batiburrillo de espacios antiguos, documentales repetidos hasta el infinito, y una repesca de algunos de los programas que emiten La Primera y La 2, casi siempre en horarios distintos y con días de desfase. Y cuando ya no saben con que más llenar la parrilla, conectan con el Canal 24 horas. El otro día medio mundo estaba pendiente de lo que acababa de pasar en Barajas, ávidos de información. Televisión Española Internacional, en conexión con La Primera, emitía a lo largo de toda la tarde el especial informativo. Pero de vez en cuando, cada vez que la primera hacia una pausa, una interminable pausa para la publicidad, la citada TVE Internacional emitía trozos de documentales turísticos. Auténticamente surrealista. Se pasaba de ir contando muertos a las excelencias de la vida en los montes de Cantabria, para volver, diez minutos después, a seguir con los muertos. Y al filo de las ocho de la tarde, el presentador anuncia que a continuación se va a pasar a emitir el partido Dinamarca-España. Pero eso era en La Primera. TVE Internacional no dio el partido sino que puso una película, sin dar la menor explicación. Al presentador le traía sin cuidado que el informativo se estaba viendo en todo el planeta, con muchos más espectadores que los que en ese momento tenía TVE 1. Pasa en los telediarios. Con la moda de las autopromociones dentro del informativo se hacen referencias a programas que los espectadores de TVE Internacional no verán nunca. Hay un documental sobre la abadía de Montserrat que los espectadores se saben de memoria. Películas como El baile del pato y Orquesta Club Virginia han sido emitidas tres veces al menos en el último año. Y de cine español actual, nada de nada. Alemania, Italia y otros muchos países europeos lo que hacen es difundir al mundo las programaciones de sus cadenas, con publicidad incluida. Por ella sabemos mucho más de la vida de alemanes o italianos. El día que se suprima la emisión de TVE Internacional y sea La Primera la que se difunda en todo el mundo, con sus anuncios, sus programas horteras y su avidez de morbo, en vez de los montes de Cantabria y la abadía de Montserrat, tendremos la auténtica imagen de España y los españoles para mostrar al mundo.