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El presidente de la Junta inauguró el final de las obras con una amplia presencia de autoridades

Una profunda limpieza desvela un brillante y desconocido San Isidoro

Cinco meses de trabajo y 303.222 euros ofrecen a los leoneses un interior espectacular

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E. Gancedo - león
León

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Nadie, ni siquiera los más ancianos, habían visto el interior de la basílica de San Isidoro como está ahora. En cien años no se habían tocado sus grietas y desperfectos, y el recuerdo de una limpieza profunda se había perdido en el tiempo. Pero eso es precisamente, y básicamente, lo que se ha hecho: limpiarlo. Cepillo y jabón han sido las herramientas más empleadas. Y el resultado es espectacular. Ayer, tras cinco meses de trabajo y una inversión de 303.222 euros tuvo lugar la presentación del final de las obras. El encargado de inaugurarlo fue el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, junto con el abad de la colegiata, Francisco Rodríguez Llamazares, y el obispo legionense, Julián López. Con ellos, una amplia representación de las instituciones, la sociedad y los medios de comunicación de León. Estaban los consejeros de Cultura, María José Salgueiro, y Fomento, Antonio Silván; la concejala de Cultura, Evelia Fernández, en representación del alcalde; la presidenta de la Diputación, Isabel Carrasco, y, cómo no, los integrantes de la comunidad religiosa de la colegiata y los miembros de la Real Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro, entre otras personalidades. El abad recordó aquella famosa reflexión del rey Salomón: «¿Es posible que Dios habite realmente en la tierra?». Pues bien, a la vista de maravillas como la basílica isidoriana, Rodríguez Llamazares concluyó que «no hay contradicción» en esa hipótesis. «Morada en la que Dios habitará para siempre», «todo es armonía y belleza en este lugar» o «santuario de la presencia de Dios» fueron algunas de las expresiones que usó el abad para referirse a este templo, destacando su carácter excepcional, más aún después de esta profunda intervención. Por su parte, el obispo subrayó lo simbólico y referencial de este templo para la historia y el alma del pueblo leonés: «León sabe perfectamente lo que esta iglesia significa, tanto para la historia como para la fe». E hizo referencia a la celebración, en 2010, de los 1.100 años del Reino de León, para reafirmar el privilegio que tiene el templo de custodiar las reliquias del «doctor de las Españas», San Isidoro, cuyo caudal teológico e intelectual está en la base «de la unidad de España», dijo. En cuanto a las obras de limpieza del interior, López señaló que se enmarcan en un ambicioso «proyecto de revitalización» de toda la basílica que incluye la Cátedra San Isidoro, el Instituto (y futuro museo) Bíblico y Oriental, el Museo con el Panteón de los Reyes de León, el Archivo y la Biblioteca. Finalizó con un «enhorabuena a todos los leoneses». Juan Vicente Herrera calificó a la colegiata de «símbolo» para todos los leoneses, así como culmen del románico español, e hizo un sentido recorrido histórico y sentimental por su historia. «León tuvo reyes antes que Castilla leyes», expresó el propio presidente rememorando los años de estudiante «de este viejo niño» en Burgos.