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«Es tarea de todos trabajar para que León esté en el Camino de la Lengua»

El alcalde de Chozas, en el paraje de Rozuela

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León

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El alcalde de Chozas, Roberto López Luna, considera que «es tarea de todos trabajar para que León no se quede fuera de la Fundación Camino de la Lengua». De ahí que tienda el guante a todas las instituciones leonesas para dar difusión mundial a la Nodicia de kesos , considerada el primer texto que constata el uso escrito del castellano. El regidor entiende que «sólo con la unión de esfuerzos» se puede lograr ese objetivo, que califica de «difícil y apasionante». El equipo de Gobierno de Chozas inició el pasado mes de agosto una lucha para promover la incoporación de León y, por tanto, de Rozuela, al Camino de la Lengua y para dar difusión mundial al pergamino, del que ya hablaban Menéndez Pidal y Justiniano Rodríguez. La campaña, según el alcalde, «nace de la necesidad de ofrecer una respuesta y de generar un impulso a las inquietudes de numerosos medievalistas, científicos y expertos que han coincido en señalar la importancia que hasta ahora no se ha dado al texto hallado en el monasterio de Rozuela, fundado en el 916». El regidor reconoce que Chozas de Abajo no pretende ser inventor de nada ni ostentar un certificado de exclusividad, ya que el único objetivo «legítimo que tenemos es dar a conocer nuestro pasado y su legado, en el que destaca la Nodicia de Kesos por ser la primera constatación escrita del uso del casstellano en ambientes cultos de la Edad Media». Los quince renglones del listado de víveres y entregas de queso realizados por el despensero de Rozuela demuestran el uso cotidiano de un lenguaje que vulgarizaba y corrompía el latín hasta convertirlo en algo diferente que evolucionó hacia el español. Está escrito al dorso del testamento de Hermenegildo y Zita en el año 959 para aprovechar el pergamino, un material escaso en aquella época. Los cuatro quesos Como curiosidad, cita los cuatro quesos que se entregaron durante la visita del rey Ramiro II junto con su tía, la regente monja Elvira, el obispo de León, abades y numerosos magnates del reino al monasterio. De ahí la certeza sobre las fechas de escritura, que no pueden ser superiores al año 974, y, por tanto, anteriores a las Glosas Emilianenses aparecidas en La Rioja. Los monjes de Rozuela trabajaron como administradores para el rey Ordoño III. Muchos de ellos pasaron a integrase en la Corte y en su scriptorium floreció un lenguaje más accesible y de uso más generalizado que el latín.