«Cristo: cumple tu palabra»

«Si a un dios le blasfemas, le gusta perdonarte, pero si te ríes de él, olvídate del cielo». Con esta reflexión comenzó ayer Pedro García Trapiello su conferencia Literatura y humor: contra la muerte, la risa , en la jornada inaugural del curso. En un recorrido por las múltiples alianzas habidas entre el humor y el «último adiós», la ponencia del columnista del Diario estuvo llena de referencias literarias y científicas. Así, recordó que, según los etólogos, la risa es «un rictus que asoma a los labios de los primates cuando éstos se enfrentan a situaciones absurdas o desconcertantes». Y en el caso del hombre, la risa es ante todo insolencia, y con ella «puede sentirse un dios entre sus dioses, y puede reírse ante sus barbas con el mismo lenguaje». Pensadores y escritores a los que acudió Trapiello para reforzar su tesis fueron, por ejemplo, Joseph Klatzmann: «El hombre inventó el reír para no llorar»; Nietzsche: «El hombre sufre tan profundamente que tuvo que inventar la risa»; Wilde: «El humor es la gentileza de la desesperación» o el gran Chaplin: «Intentar definir el humor demuestra poco sentido del humor». Una pista para preguntarse por qué los dioses y la risa no quieren verse las caras -apuntó-: «En la Biblia no se ríe nadie». «La risa sacude el universo, lo pone fuera de sí, revela sus entrañas -dijo, citando a Octavio Paz-. En el principio fue la risa; el mundo comienza con un baile indecente y una carcajada». Y añade él: «Mucho es de temer que el acto de la creación fuera una broma de tanta risa que se le rompieron las tripas al Universo». Neruda, Crisipo, los Monty Python, Platón... poblaron también sus palabras. Pero quizá lo que más gustó al público fue una gran colección de epitafios, tanto presentes como planeados (como el de Miguel Delibes: «Espero que Cristo cumpla su palabra»).