Unas «bodas de plata de mucha resonancia»
Es agradable celebrar las bodas de plata de las personas, de los acontecimientos y también de otros eventos que lo merecen. Este año 2008, se celebran las «bodas de plata» de un evento importante y de mucha resonancia, como lo ha sido, es y será el Festival Internacional de Órgano Catedral de León y es ocasión propicia para celebrar los 25 años durante los cuales su director, Samuel Rubio, ha conseguido mantener «vivo» el festival con tesón, paciencia y buen hacer. El autor de estas líneas es testigo de los primeros pasos, que no balbuceos, dados por lo que en principio parecía un proyecto, más ilusorio que realista, y testigo también de las elevadas cotas conseguidas a lo largo de los 25 años de andadura del Festival. Bien puede el director del mismo sentirse satisfecho de la obra realizada y, por ello, merecedor de todo nuestro reconocimiento y gratitud. A la vez que Samuel me comunicaba la celebración de los 25 años del Festival, me pedía esta breve colaboración en sintonía con el evento que se celebra. La música española tiene que agradecer a las Catedrales, no solo la amplia y generosa ocogida o el prolongado y enriquecedor mecenazgo, sino también haber salvaguardado un rico patrimonio musical de manuscritos e impresos de todas las épocas. A esto hay que añadir extraordinarios instrumentos como el órgano o memorables instituciones como las Capillas de Música y los Colegios de Niños Cantores, todavía existentes en algunas catedrales. La aportación de las catedrales españolas a la totalidad de la cultura musical europea es inmensa. Gracias a ella no solo es posible estudiar el desarrollo de la historia de la música española, sino cubrir grandes vacíos de la historia musical europea, debido a la importante documentación, a veces única e imprescindible. Por lo que se refiere a la Catedral de León, códices como el Antifonario Visigótico-Mozárabe, magníficos Procesionarios o la famosa Phropethia Natalis Domini, popularmente conocida como el Canto de la Sibila, o los más de 80 Cantorales y las numerosas obras compuestas por los grandes Maestros de Capilla, avalan una trayectoria musical de gran profesionalidad que dio frutos de excepcional interés. Por eso, cuando hablamos de celebrar 25 años de un Festival de Órgano en nuestra Catedral, estamos hablando de una realidad que no está ni mucho menos al margen del largo proceso seguido por la música en la Catedral. Gracias a la labor de todos, el Festival es ya un hecho socio cultural que forma parte de nosotros, convencidos de que esta actividad es un auténtico compromiso cultural. A nadie debe sorprender la celebración de unas «Bodas de plata» de tanta resonancia, como las que ha llegado a cumplir el Festival de Órgano y ¡ojalá no tarde en llegar el día en que pueda celebrarse con el acompañamiento del deseado y esperado nuevo órgano! «Gracias a la labor de todos, el Festival Internacional de Órgano es ya un hecho socio cultural que forma parte de nosotros y un auténtico compromiso cultural»