Diario de León
Publicado por
JOSÉ JAVIER ESPARZA
León

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CUATRO HA ESTRENADO un programa didáctico - coach , en la anglojerga televisiva- que se llama Madres adolescentes . Esta cadena ha apostado por ese tipo de programas como un rasgo característico de su parrilla. Es una apuesta arriesgada, porque la acogida del público rara vez es previsible, pero hay que reconocerle que eleva el nivel medio de la pantalla. Entre otras cosas, permite contestar con dignidad a la pregunta de «¿para qué sirve la televisión?». Dentro de ese género del coach hemos visto cosas como Supernanny y SOS Adolescentes , además de otros dedicados a ahorrar o a comer más sano. Ahora nos aparece este Madres adolescentes que básicamente consiste en lo siguiente: enseñar a ser mamás a jovencitas que se han quedado embarazadas, que han tenido a sus hijos -toda una heroicidad en los tiempos que corren- y que no saben cómo cuidarlos. Así tenemos a seis chicas de entre 16 y 17 años que durante quince días van a convivir en una casa donde un equipo de especialistas -enfermeras, psicólogas, etc.- les enseñará el oficio de ser madres. En el tonillo de fondo del programa hay una cierta incongruencia. «Deberían ser sólo hijas, pero también son madres», declara este programa desde su mismo vídeo promocional. Es, en efecto, lo que todo el mundo piensa. Bien, pero ¿por qué? Vivimos en una sociedad que ha terminado aceptando de la forma más natural del mundo que los adolescentes -digamos de 16 años para arriba- eludan la autoridad de padres y profesores, se cojan al menos una cogorza todos los fines de semana, tengan relaciones sexuales con normalidad, puedan ir a la cárcel (con los consabidos atenuantes) si delinquen, conduzcan vehículos de motor, dispongan para su particular uso de todo género de gadgets tecnológicos, posean un territorio propio e inviolable en casa¿ Incluso hay quien propone, con toda seriedad, que la edad de derecho a voto se rebaje a los 16 años. Así las cosas, ¿por qué una adolescente «no debería ser» madre? ¿Por qué se le niega la capacidad para ser responsable a quien se le ha otorgado la capacidad para ser libre? La clave de la cuestión está en una lectura poco equitativa del binomio libertad-responsabilidad, y nadie que trabaje con adolescentes estará en condiciones de discutirlo. En todo caso, el panorama que dibuja Madres adolescentes no debería prestarse a muchas suspicacias. Más aún: un programa así es el mejor camino para que la sociedad acepte normalmente algo tan natural como la maternidad, con independencia de ese prejuicio social que marca una edad mínima aceptable para ser madre «sin traumas». Y se aprende mucho, viendo Madres adolescentes .

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