Diario de León

Amelia Valcárcel: «En España el pensamiento se halla actualmente en tierra de nadie»

La filósofa asturiana Amelia Valcárcel durante su conferencia

La filósofa asturiana Amelia Valcárcel durante su conferencia

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

e. g. | león Tan contundente y explícita como de acostumbre, la filósofa asturiana Amelia Valcárcel protagonizó ayer una de las intervenciones más potentes de la jornada. La autora del libro Hablemos de Dios sostuvo en este congreso una tesis central: la de que, en España, el pensamiento se halla «en tierra de nadie». Y, para comenzar, invitó a los presentes a recordar qué tipo de literatura puede encontrarse actualmente en los aeropuertos o en las estaciones de tren. Una pseudo-novela histórica «en la que siempre hay un cátaro que luego se convierte en nazi» con un lenguaje muchas veces «anacrónico y ridículo». Una «literatura degradada» que, sin embargo, «es la que hoy en día están encargando las editoriales», dijo. También señaló que abunda mucho la novela sobre «historia cercana». Algo positivo, a su juicio, ya que gran parte de la última historia española está aún «por novelar» y el último que se encargó de hacerlo fue Baroja. «Un país se reconoce en su historia novelada», resumió. De manera tangencial, existe también, según su parecer, una literatura comprometida y una buena poesía, pero que no son disfrutadas por el gran público. Todo ello es debido, afirmó, a que en España las bellas letras «han tenido un peso excesivo, han ocupado demasiado lugar en la cultura española». Esta aparente paradoja se resuelve apuntado a que el pensamiento, en España, no se ha venido cultivando porque «nunca tuvo oportunidad», «no tuvo espacio»: los estamentos eclesiásticos ocupaban por completo el espacio que debía estar reservado al pensamiento y la filosofía y ya le decían a la gente «lo que debía pensar». Por eso floreció extraordinariamente la literatura, pero no el pensamiento, y de la nómina de filósofos (tan extensa en otros países europeos), en España apenas se salvaría Ortega. Hoy, los problemas de la filosofía hispana pasan por el hecho de que «las ciencias están acaparando los presupuestos estatales, y también tienen sus círculos los creadores literarios, pero ¿y los filósofos?». Sin las Humanidades, tan denostadas hoy, la sociedad se quedaría sin «el bagaje más fuerte de lo que somos». Clamó contra el olvido de la correcta enseñanza del pensamiento y la filosofía y pidió «un público» para las obras de pensamiento, un público que dude, que desee pensar «y que se niegue a aplebeyarse».

tracking