Diario de León

Mestre avisa de la llegada de un nuevo fascismo «disfrazado de publicidad» Las crisis de la poesía actual y de la literatura «para mujeres»

JAVIER

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E. Gancedo - león
León

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Dos grandes de la poesía leonesa, española y universal, Antonio Colinas y Juan Carlos Mestre, fueron escuchados ayer con admiración y recogimiento en la última tanda de ponencias del Congreso de Escritores. El público abarrotó el salón en una muestra muy significativa del gran interés que suscitan estos dos consagrados creadores. El bañezano Antonio Colinas fue directo al grano cuando hizo ver que «hay un pensar, además de un sentir», y ese pensar es precisamente «lo que da coherencia al poema», precisó. Desde Unamuno a Leopardi, desde los hermanos Machado a Jorge Manrique pasando por Juan Ramón Jiménez, comentó Antonio Colinas con ayuda de muy abundantes citas que el género de la poesía, el lenguaje de los poetas, es también «una vía de conocimiento, un modo de interpretar y de valorar la realidad» que se atreve a formular, una y otra vez, las «preguntas esenciales» del ser humano. En todo caso, lo idóneo y perfecto resulta, a su juicio, el que pensamiento y poesía estén «equilibrados, en igual medida». Y dado que las preguntas que se hace la poesía son las mismas que se hace toda persona, resaltó: «Poéticamente vive el hombre». A continuación, a la manera de un oleaje de palabras que fluyen y refluyen, subió la marea poética del berciano Juan Carlos Mestre en una incontenible denuncia del mundo actual. Porque para este poeta y artista visual, la poesía, ese «lenguaje de la delicadeza humana», como lo llamó, tiene un poder inmenso que no se queda en la glosa del rocío sobre las violetas. Es «otra manera de estar en el mundo», la de los «desarmados y la de los inocentes» frente a las fuerzas del poder que todo lo atropellan. Un sinfín de frases magistrales apoyaron esta idea. Y así, dijo que los poetas aspiran «a repoblar espiritualmente la tierra» y prefirió ser «perdedor con los perdedores» «al serrín de los juristas». Pidió formalmente «la abolición del sufrimiento humano», pues todos, como enarbola la poesía, «tenemos derecho a lo bueno y lo justo». Denunció que vivimos no en la utopía, sino en la «distopía», sobre una «cantera de cadáveres», rodeados de un «inadmisible censo de ciudadanos en busca de rostro» y en medio de la «destrucción moral de los sueños». Una «globalización de lo absurdo» que podría perdonar al criminal, «pero nunca al soñador». «Todo encantamiento ha terminado» -remarcó- en este mundo «dominado por un nuevo fascismo disfrazado de publicidad». Mundo que celebra «éxitos subjetivos a costa de algún que otro fracaso objetivo». Por otro lado, en la sesión de la mañana se pudo escuchar cómo la traductora y crítica literaria Amelia Gamoneda exploraba el campo de la «sensacción», es decir, los complejos resortes neuronales que regulan el proceso creativo, revelando que en este tipo de procesos el cerebro actúa de una forma impredecible, «no formalizada» y «abierto a todo tipo de posibilidades». La autora de origen maragato Marifé Santiago Bolaños, por su parte, invitó a todos los presentes a «vivir» la literatura en una intervención muy poética y llena de referencias metafóricas: «Crear es saltar la valla donde pone 'prohibido el paso'», dijo. En la última ronda de sesiones del octavo Congreso de Escritores de España, el catedrático de la Universidad de Valencia Pedro J. de la Peña fue muy crítico con la calidad -general- de la poesía actual española: «Ha ido decayendo a lo largo del siglo XX hasta llegar a un estado de crisis en los comienzos del XXI», aseguró. De la Peña comparó la «escasa originalidad» del verso, hoy, con la espléndida nómina de poetas de principios del XX, que ofrecieron clásicos universales de la talla de Juan Ramón Jiménez, Lorca, Alberti, Aleixandre, Salinas o Miguel Hernández. Animó, por tanto, a salir de la «poesía prefabricada» y a buscar «un horizonte propio y nuevo». Por su parte, la escritora Paula Izquierdo se embarcó en un viaje a través de la literatura creada por mujeres, desde sus trabajosos inicios hasta los «decepcionantes» libros hechos en la actualidad, prácticamente en serie, para mujeres, con los mismos mimbres de «sexo, humor y problemas cotidianos». Izquierdo echó en falta aquellas obras en las que las mujeres «retaban a su tiempo». «Hoy, la policía del pensamiento y la teología del mercado han alcanzado sus últimos objetivos» «Vivimos en la distopía, sobre una cantera de cadáveres, rodeados de un inadmisible censo de ciudadanos en busca de rostro» «Pido la restauración del derecho civil a la felicidad, y la abolición del sufrimiento humano» «Nuestro mundo eleva éxitos subjetivos por encima de algún que otro fracaso objetivo» JUAN CARLOS MESTRE Poeta «La poesía es una vía de conocimiento, un modo de valorar la realidad» «Hay un pensar, además de un sentir, y eso le da coherencia al poema» ANTONIO COLINAS Poeta «Crear es saltar la valla donde pone 'prohibido el paso'» MARIFÉ SANTIAGO Escritora «El paso del tiempo es un léitmotiv poético en todas las culturas humanas» JUAN MOLLÁ Abogado y escritor

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