| Género | Theo Brandmüller |
«El Festival de Órgano tiene un público muy respetuoso y culto»
El gran compositor y organista vuelve a reencontrarse esta noche con el público leonés en la Catedral, donde interpretará obras de Clèrembault, Poglietti, Franck o Langlais
Es la quinta vez que actúa en el Festival Internacional de Órgano, donde esta noche, a las 21.00 horas, volverá a enfrentarse con el «terrible órgano» que, según sus palabras «como mejor está es callado». Compositor, organista, y pedagogo, cuenta con numerosos premios en su haber, que le han reportado fama internacional. Theo Brandmüller, ha sido alumno de Giselher, Klebe, Mauricio Kagel, C. Halffter y Olivier Messiaen y desde 1979 es profesor de improvisación para órgano y composición en la Escuela Superior de Música de Saarlandes y profesor de los Cursos Internacionales para Jóvenes Compositores de Darmstadt y en el Castillo de Weikersheim. Su personalidad como compositor y organista al igual que sus grabaciones es reconocida mundialmente. -Usted es uno de los intérpretes más queridos en León. En todos estos años no ha cambiado el instrumento, ¿cree que habrá solución para que cada concierto no se convierta en un martirio para el intérprete? -Por supuesto. Samuel Rubio lo ha conseguido y no tardando mucho lo veremos y escucharemos en esta maravillosa Catedral. Me llena de alegría porque realmente el tocar en él es un martirio y una incertidumbre. He venido a León en cinco ocasiones y cada vez que me sentaba ante él me preguntaba ¿qué pasará hoy?, ¿qué registro se quedará agarrotado?, ¿podré interpretar esta obra tan hermosa?, y cada vez las respuestas eran más ambiguas porque nunca acababa de convencerme el estado del instrumento. Pero ahora se ha realizado «el milagro» y podremos tocar en el instrumento que realmente necesita este templo. -Cree que si el órgano en vez de estar dedicado al uso litúrgico casi en exclusividad estuviera más integrado en auditorios y salas de conciertos habría más intérpretes y aficionados a él? -Pienso que no. Creo que las grandes obras para órgano deben de interpretarse en los lugares para los que fueron escritas y no concibo que Messiaen, Bach, Haendel o Bruckner, se escucharan mejor fuera de su ambiente natural. El órgano en un auditorio se le esclaviza porque pasa a ser un instrumento más al que sólo algunos otros pueden acompañarlo. El órgano es el rey y no se le puede maltratar. Hacer eso seria quitarle su trono. Cuando toco el órgano yo soy el director de mi propia orquesta. En definitiva las iglesias y catedrales son su espacio natural y sacarlos de ahí es matarlos. -Con el paso de los años ¿se ha incrementado el número de aficionados y organistas en Alemania y el resto de Europa? -Soy profesor de improvisación y composición de órgano pero no doy clases de interpretación y he visto en todos estos años que el incremento de los aficionados al órgano tanto en Alemania como fuera de ella, va en aumento. Por desgracia intérpretes hay menos porque no hay dinero, y es una pena. Las iglesias se llenan más con la música de órgano que con el sermón del sacerdote. Y eso es un baremo importante para valorar el interés del público por el órgano. Los domingos acuden 40 o 50 personas a las misas, pero cuando hay un concierto de órgano, acuden varios cientos. -A lo largo de estos años ¿cómo ve al público de León? -Es maravilloso, entusiasta y educado. Inusitadamente atento y conocedor. Lo hemos comentado mucho entre los intérpretes que hemos pasado por León y todos hemos coincidido en que el público leonés es especial. Y no lo digo para quedar bien, cualquiera de mis colegas lo pueden corroborar. -¿Cuál ha sido su última composición? -Noruega. La interpretaré hoy. Es una composición muy curiosa. Es como si alguien con un martillo golpeara las montañas. El eco de estos golpes, mezclados con otros sonidos fortìsimos, es muy bonito. Va escalonado y creo que impresionará a la gente. Hay una anécdota de mi maestro Oliver Messiaen cuando era pequeño sobre Noruega. Él le pidió a Papa Noel que le regalara la partitura de Peer Gynt de Grieg, sobre la obra homónima de Ibsen. Messiaen me dijo que era un hombre de las montañas, de la calma de la tranquilidad y de la Naturaleza, los tres elementos que forman el núcleo de su obra. -¿Otras composiciones en estos años? -Una obra sobre el poema de Federico García Lorca, El balcón abierto. En ella suena mi música pero cuando se abre el balcón se escucha la música de Messiaen, sobre la mía. Escribí también un cuarteto para piano, viola y violín. -¿Después de León donde irá? -Iré a Suiza, y luego haré un gran viaje por América del Sur que durará cuatro semanas, con un programa semejante al que voy a tocar hoy. Lugar: Catedral de León. Hora: 21.00. Entrada: gratuita.