La Junta pone un kiosco que tapa la vista del monasterio de Escalada

Parece una broma. La Junta ha plantado un kiosco hecho con tres tablas que entorpece la vista del monasterio de San Miguel de Escalada, considerado la joya del mozárabe español. La caseta, colocada en principio de forma provisional, impide contemplar en su esplendor el magnífico pórtico del siglo X. La Junta, que ha bautizado este «centro de bienvenida» de visitantes con el insólito nombre de Proyecto cultural Escalas, pretende «vender» así las inversiones realizadas en el edificio declarado Monumento Nacional en lugar de hacer una promoción más discreta, al menos, desde el punto de vista del impacto visual. «Todo el mundo está descontento, tanto vecinos como turistas», así de clara es Ana Isabel Ferreras, la alcaldesa de Gradefes, ayuntamiento al que pertenece San Miguel de Escalada. Los turistas pasan bajo el kiosco, con forma de «arco de triunfo», y se acercan al monasterio por una pasarela de madera, cuya única utilidad parece ser la de no ensuciarse los zapatos. En el interior de la torre románica, que lleva años a la espera de albergar un centro de interpretación, se proyectará un vídeo sobre los tesoros del monasterio. Mucho adorno y no hay luz Para muchos vecinos es incomprensible que la Junta «tire» el dinero en un kiosco que «mata» la vista de este edificio monumental en lugar de invertirlo en poner luz eléctrica. Hace tres años la Diputación destinó 60.000 euros en dejar las conducciones de agua y electricidad a cincuenta metros del monasterio. No podía llegar más lejos por un conflicto de competencias con la Junta. La alcaldesa de Gradefes, Ana Isabel Ferreras, afirma que ya hay «toma», pero que se utilizará de momento exclusivamente para proyectar el citado vídeo. La iluminación ornamental del monasterio está pendiente aún de un proyecto, por lo que previsiblemente seguirá «a oscuras» un año más». «¿Esto es para una boda?» La caseta que «no ha gustado a nadie», según la alcaldesa, porque «unos preguntan si es para una boda y otros que si va a estar mucho tiempo», permanecerá «plantada» ante el monasterio hasta que concluyan los trabajos que «en breve» comenzarán en el edificio. En concreto, la Junta ha anunciado que en los próximos meses ejecutará el proyecto de adecuación del entorno, así como la restauración de las cubiertas y la protección de los abundantes restos arqueológicos encontrados en las excavaciones realizadas en la zona norte del monasterio, donde se localizaron las antiguas dependencias de los monjes que se establecieron en la ribera del Esla en los siglos VI y VII, hasta entonces desconocidas. El objetivo de estos trabajos -que tienen un presupuesto de 185.000 euros- es restituir la techumbre del monasterio y paliar la humedad que pone en peligro la zona que une las dos iglesias -la mozárabe y la medieval-. Para ello, se rehabilitarán las cubiertas laterales del conjunto mozárabe así como la fachada noreste del templo. A la alcaldesa de Gradefes no le parece bien que a los restos arqueológicos simplemente se les eche «tierra encima». Ferreras habría preferido, dada la importancia del descubrimiento, una solución, que, sin dañar los vestigios del antiguo cenobio, permitiera enseñarlos al público. Lo cierto es que el PSOE y la UPL han sido muy críticos con la rehabilitación de San Miguel de Escalada, iniciada en 1997, porque no consiguió eliminar los problemas de grietas y humedades. Prueba de ello es que en diciembre del 2006 el suelo del monasterio se hundía y se desprendía una valiosa ara visigótica, poniendo en entredicho las últimas intervenciones llevadas a cabo en el monasterio, encomendadas al arquitecto Andrés Lozano, autor también de las actuaciones proyectadas para los próximos meses.