«El interés por la música de órgano ha decaído en las últimas décadas»

-Para usted venir a León es como acercarse hasta la casa de un amigo... -Sí, es muy gratificante acercarme hasta esta ciudad tan llena de arte, de música y de museos. Llevo viniendo desde el cuarto festival y con esta son ya seis las veces que he tocado en la Catedral; incluso, la última vez he dado dos conciertos, uno de piano y otro de órgano. Llevo cinco días en León. Ahora estoy estudiando las pechinas que se enmarcan entre los arcos de las capillas catedralicias y he encontrado cosas muy interesantes como una virgen negra que sostiene al niño en sus brazos, hombres en posiciones comprometidas, y otro tipo de representaciones que se pasan desapercibidas si no vas mirando con detenimiento cada rincón. -¿Cómo ha visto la evolución del Festival en estos años y qué piensa de la permanencia del viejo instrumento? -El festival ha evolucionado de forma impresionante. Se ha ampliado la oferta y los intérpretes son de la más alta calidad. Respecto al instrumento creo que le queda poco tiempo de hacernos sufrir. Ayer el clarín no sonaba y me temo que pueda jugárnosla en el concierto. Es un órgano obsoleto y su cambio es urgente, porque la Catedral mejor de España debe tener lo mejor. Creo que Samuel Rubio lo va a conseguir, como ha conseguido otras cosas más difíciles. Además el Cabildo está de acuerdo en eso y es lo más importante. -Usted vive la mayor parte del tiempo en Florencia aunque pasa la vida recorriendo países, ¿dónde se encuentra más cómodo interpretando? -Actualmente me encuentro más interesado en la interpretación pianística, especialmente porque la de órgano ha decaído de forma alarmante entre la juventud. Un ejemplo lo tenemos en el Festival de Lucerna, uno de los más importantes del mundo. Antes había grandes onciertos en los cuatro órganos de la ciudad, ahora sólo son matinés de segunda clase. -A la hora de enfrentarse a una obra ¿cuál es su nivel de fidelidad cuando hace música de época? -Siempre he procurado concentrarme sobre aquel aspecto histórico que en ese momento me interesa y consigo hacerlo con bastante perfección, lo que me permite acercarme a la partitura de forma abierta, fresca, sin tener que someterme a la tiranía de lo ya dicho o tocado. Intento por todos los medios captar el grado de articulación, de tempo de fraseo que se creían tenían los barrocos o los románticos, pero, claro está, eso es como todo, aproximado. Hay instrumentos como los órganos Silverman, por citar uno, que nunca podrán ser imitados. Esa es la verdadera fidelidad, la que contiene en si el propio instrumento, el resto es tratar de hacerlo lo mejor posible para que suene con la pureza y la prestancia como sonaban en la época en que fueron construídos. -La academización de la música ha llegado hasta el extremo que ahora se dice el «verdadero Bach» o el «verdadero Victoria», ¿se ha alejado con ello de la idea de música como divertimento? -Quizás. La base es el punto de referencia al que hay que atender. Se debe tener la técnica, pero sobre ella construir el entramado estético que luego se va a ofrecer al público. No se puede decir nunca este es el verdadero Bach o el verdadero Victoria o Palestrina; se debe decir: esta es la manera más aproximada que yo entiendo a Victoria, Bach o Palestrina. Esa es mi verdad y la que quiero transmitir. -¿Cuándo se tocaba mejor, hace setenta años o ahora? -Creo que ha cambiado de forma tajante la manera de acercarse a determinados autores, pero por ejemplo Bach ha cambiado mucho de tocarse a principios del XX que ahora. En cuanto a cuándo se tocaba mejor, sigo pensando que también ahora. Las técnicas han cambiado, y los instrumentos te permiten otras sonoridades a las de antes con lo que los recursos son mayores. Pero claro está, Bach siempre será Bach si se toca bien, independientemente del siglo. -¿Hay que especializarse en un repertorio concreto para poder abordar cualquier obra si se poseen los medios para interpretarla? -Siempre he pensado que hay que especializarse en un repertorio determinado para conseguir los mejores resultados. Eso no quiere decir que no se tenga una visión del resto de los compositores y de la música en sí. La especialización como en todas las ramas tiene dos lecturas. Un peligro si no se atiende a la visión global de la otra música; y otra excelente porque puedes profundizar en el tema, el estilo, la forma la articulación, en una palabra la estética de un determinado período o de un determinado compositor.