| Obituario | Amado Cancelo (1924-2008) |
Debe ser noticia
Primer presidente de la asociación Priorato de Escalada, premio al Libro Leonés del año, defendió San Miguel sin descanso
Ha muerto un buen hombre, un hombre excepcional. Amado Cancelo, fallecido el pasado 23 de octubre, era una de esas cada vez más infrecuentes personas que se hacen querer de inmediato y cuya modestia era tan sólo equiparable a su cortesía y a sus buenas y desinteresadas intenciones. Durante muchas décadas Amado ha sido un enamorado defensor de su tierra que, a diferencia de otros que dicen serlo y lo gritan a los cuatro vientos, lo demostraba con hechos a los que, después, atribuía un mérito escaso que, todos lo sabíamos, no era así. Fue presidente, el primero, de la asociación Priorato de Escalada, con la que promovió la recuperación moderna del monasterio de Escalada. Él pensaba que no debía haber hecho falta tal vindicación, pero así estaban, y están, las cosas. Por ese motivo tuve ocasión de tratarlo durante más de diez años en los que me permitió (él decía que me estaba agradecido, pero hoy más que antes sé que soy yo quien tiene que agradecérselo) hablar del arte mozárabe bajo la bóveda de Escalada o escribir en la revista del Priorato, entre otras cosas. Tuve el honor de que me permitiera tutearlo, cuando él creía que era yo quien le honraba con ello, después de insistirle mucho en que ambos nos encontraríamos más cómodos. Aunque con Amado siempre estaba uno cómodo, pues miraba de frente, el rostro franco y la mirada limpia, la sonrisa dispuesta, la palabra llana y cadenciosa, cabal. Amado sacó la cara por San Miguel de Escalada una y mil veces sin necesitar titulares de periódico ni ver su nombre aireado en público. Amado, infatigable, jovial, se plantó en cuanta instancia tenía o no tenía que ver con la degradación intolerable de ese monumento principal para solicitar algo que no quería sino para todos, pero que pocos como él hicieron o hacen por obtener. Amado Cancelo fue premiado, sí (libro leonés del año a su estudio sobre el concejo), pero eso no le importaba mucho, incluso le daba algo de reparo decirlo, como si no supiéramos cuánto trabajo había detrás de ese libro, como si no supiéramos que los galardones son siempre injustos, aunque en esta ocasión fuera por escaso para tanto como había hecho. Sólo hace falta leer el sencillo y conmovedor prólogo que hizo a ese libro para saber cómo era Amado. Vilipendiado monumento Por eso, hoy cuando San Miguel de Escalada, ese rincón perfecto del alma leonesa que tanto amó, se dispone una vez más a ser vilipendiado por una absurda instalación de feria en un paraje pulcro que no se merece tan poco gusto, tanta saña; la categoría intachable y perseverante de personas como Amado se añora mucho más. Cuando ya no están de moda este tipo de individuos discretos, laboriosos, afables, el fallecimiento de un amigo como Amado, como el de una especie en peligro de extinción, debe ser noticia. Sea en su recuerdo.