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| Crítica | Arte |

Armonía de los objetos olvidados

Después de veinte años lejos de su tierra, Juanjo Rodríguez, Roth, regresa a León con una serie de heterogéneas y sorprendentes pinturas que durante estos días se muestran en el Real Aero Club

Las obras de Roth pueden verse hasta el día 10 de 12.00 a 14.00 y de 18.00 a 21.30 (Santa Nonia, 8)

Publicado por
Marcelino Cuevas - león
León

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Juanjo Rodríguez tiene grabada en su memoria la airosa figura de un gallo que desde hace ya muchos años ha sido la imagen de la firma comercial de su padre. Y es precisamente un gallo el que preside la exposición que el artista leonés inauguró ayer el los salones del Real Aero Club de León. Hace veinte años que Roth, que así se anuncia el singular artista, realizó su última exposición en la capital leonesa. Después vendría un largo periplo por el mundo, con parada muy especial en Nueva York, donde dio rienda suelta a su interés por el diseño gráfico, la fotografía, el cine y la pintura. Una vez que se traspasa la delgada línea roja que da paso a la muestra, el espectador se sorprende por la variedad de estilos y técnicas que Juanjo Rodríguez reúne en sus cuadros. Desde flores, misteriosamente disecadas, hasta los objetos más insólitos, figuran en sus cuadros, en los que, además, emplea con sabia medida una serie de frases que convierten su aportación plástica en un mensaje lleno de sugerencias, en la pequeña historia de un gran momento. Cree el artista que el Real Aero Club no es un centro convencional: «No se trata -dice- de una galería, por estos salones ha pasado buena parte de la pequeña historia de León y es muy gratificante poder exponer en ellos mi trabajo». El pintor ha querido que la lectura de su exposición comience por una frase de José Ortega y Gasset: «Sólo es posible avanzar cuando se mira lejos y sólo cabe progresar cuando se piensa en grande». Este punto de partida justifica los muy diferentes tamaños de los cuadros expuestos. «Todo es un tanto heterogéneo, se presentan muy diferentes temas, en el primer panel se pueden ver el óvalo en azul, el óvalo en rojo, mi flor favorita (la rosa)¿ en fin, son una serie de investigaciones con los materiales más distintos y, sobre todo, con elementos de deshecho que reutilizo y que, de alguna manera, intento que cobren nueva vida en una atmósfera de belleza», asegura. Explica el autor que este cúmulo de materiales que se integra en sus cuadros es el producto de «ir recogiendo las cosas que me encuentro por cada lugar por el que paso. Son flores de los distintos países que he visitado, son puñados de las tierras que he pisado, son pigmentos extraños¿ que después pasan por mi propio catalizador, que es algo así como una alquimia personal que los transforma. Pero creo que es interesante constatar que estas obras están concebidas antes de elegir los objetos y materiales que las van a formar, mi primer planteamiento es lo que quiero transmitir con lo que voy a realizar, después vendrá el largo proceso de creación». En la exposición de Juanjo Rodríguez, Roth, hay una gran carga de romanticismo que no se pierde con los materiales que aportan las texturas, los colores y las formas a sus obras. Quizá sean las flores, esas flores muertas que hablan de viejos esplendores, de jugosas historias de las que solamente queda el pergamino del recuerdo, lo más característico de los trabajos de este leonés que, después de rodear el mundo, ha regresado para darnos a conocer, a través de una peculiar forma de entender la pintura, cuáles han sido sus vivencias, cuáles fueron sus emociones, cómo ha sido su vida lejos de León, «esa tierra que llevo en lo profundo de mis entrañas».

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