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La voz del Módulo 10

El Musac coordina y financia la revista «Hipatia», realizada por internas de la cárcel de Mansilla de las Mulas, con una tirada de 3.000 ejemplares, bimestral y gratuita

León

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Son las «inquilinas» del Módulo 10. Una minoría. Apenas 130 mujeres frente a los 1.700 hombres que residen forzosamente en Villahierro. Esta circunstancia y el hecho de que el sistema penitenciario español «está planteado para hombres», decidieron a José Manuel Cendón, director de la cárcel de Mansilla de las Mulas, a romper el «doble aislamiento» que sufren las mujeres reclusas. El Musac abrió la puerta para crear una revista. El resto... lo hicieron las presas. En total, una veintena; todas voluntarias. Muchas han abandonado ya Mansilla: están en libertad, han cambiado de prisión o gozan del régimen abierto. Por ello, la plantilla irá cambiando y creciendo en cada número. El Musac acogió ayer, en un salón de actos repleto de público, la presentación del número cero. No es, como dijo Cendón, «la típica revista taleguera». Tanto Belén Sola, responsable del Departamento de Educación y Acción Cultural (Deac) del Musac y coordinadora de la revista, como las reclusas que decidieron colaborar en el primer número de Hipatia tuvieron claro desde un principio que querían hacer algo diferente. «Si nadie lo dice, no parece una revista hecha en la prisión», afirmó Cendón para elogiar la calidad de esta nueva publicación, con una tira de 3.000 ejemplares, que financia el Musac y que se distribuirá de forma gratuita. La revista, que nace con vocación de continuidad, tendrá una periodicidad bimestral. A algunas reclusas se les saltaron las lágrimas en una presentación que tuvo mucho de confesión íntima. «Queríamos que todo el mundo escribiera», aseguró Aurora Martos, la reclusa que más ha sorprendido a Cendón en los veinte años que lleva en instituciones penitenciarias y que actualmente se encuentra en el Centro de Inserción Social (CIS). Hipatia, que toma su nombre de la filósofa griega hija del matemático Teón, es una forma de «enriquecer» un museo que, como aseguró ayer Agustín Pérez Rubio, conservador jefe del Musac, considera que «el arte debe imbricarse en el sistema social de una ciudad». «No sabíamos cómo empezar», confesaron ayer algunas de las reclusas, como Virginia de los Ríos, Luz Marina Gelves, Luz Yajaira y Carolina Naranjo, todas ellas de origen sudamericano. La intención es que participen todas las presas, sin importar que el número de escritoras crezca desmesuradamente, ya que este proyecto «puede ser todo lo grande que nosotras queramos», concluyó Aurora Martos.

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