La Junta restaurará la fachada de San Isidoro a principios de año

San Isidoro estará de obras en el 2009. La Junta ha consignado ya una partida de 669.819 euros en los presupuestos del próximo ejercicio, para afrontar la restauración de la fachada principal -desde la puerta del Cordero a la puera del Perdón y el ábside lateral, el único visible desde el exterior-. Estos trabajos se incluyen dentro de la restauración integral de la colegiata, un proyecto que financian a partes iguales la Junta y Caja Madrid, por un importe total de 4.250.000 euros, aunque, de momento, la entidad financiera no ha hecho ningún desembolso. Hace unos meses la Junta afrontó también en solitario la limpieza de los muros y paramentos de la iglesia románica, cuyo coste se elevó a 303.200 euros. La empresa Decolesa, adjudicataria de los trabajos, devolvía luz y esplendor a la piedra de un edificio que había ido ennegreciendo por el paso del tiempo y el efecto devastador de una caldera de carbón, amén del terríble incendio que sufrió en 1811. La limpieza de la basílica, que consistió en un «tratamiento suave» o, lo que es lo mismo, agua, jabón Lagarto, un cepillo de raíz y mucha «muñeca», comenzó a finales de abril y concluyó en agosto, tras cinco años de preparativos y estudios previos, como el escaneado del interior del edificio. La espesa «piel» negra que cubría las paredes de la iglesia ocultaba algunas sorpresas, como una columna de mármol semejante a las del Panteón Real, que hasta ahora había pasado desapercibida, y otra realizada con sillares romanos, igualmente «inédita». Las próximas obras La nueva intervención en la fachada principal de San Isidoro está sobradamente justificada, debido al avanzado deterioro que sufre, según todos los expertos. No acabarán aquí las obras. La web de Caja Madrid ya anunciaba hace dos años que iba a destinar la mayor parte de los dos millones de euros que invertirá en San Isidoro en las valiosas pinturas del Panteón Real, conocido como la «Capilla Sixtina del románico». A pesar de que los frescos del Panteón Real no sufren graves problemas -puesto que ya fueron restaurados hace unos años-, los expertos sí han detectado «pérdidas puntuales de material pétreo, suciedad generalizada, pulverización de película pictórica en zonas de pintura no restauradas o reintegraciones volumétricas defectuosas». El convenio firmado entre Caja Madrid y la Junta prevé además la reforma de las salas expositivas del Museo de San Isidoro, un proyecto que se aprobó en el año 2000 con cargo al 1% Cultural, pero nunca se ejecutó. En el 2006 la Junta anunció que asumiría esta rehabilitación pendiente y que su intención era llevar a cabo una remodelación integral del museo, así como la inclusión en el mismo de nuevos espacios, como la capilla de los Quiñones y la de los Castañones. La web de Caja Madrid explica que estas actuaciones permitirán en cuatro años mostrar San Isidoro en un estado de conservación parejo a su importancia artística. Los secretos de San Isidoro La basílica podría esconder interesantes secretos. En septiembre del 2007 la Junta auspiciaba un «barrido» de la colegiata con el objetivo de reunir datos sobre la iglesia románica y las construcciones que la precedieron. Mediante un georradar -una tecnología inocua que evita las «agresivas» excavaciones-, se pretendía verificar si las historias sobre la construcción de la basílicia son ciertas. San Isidoro se asienta sobre el interior de la muralla de la Legio VII y su origen se remonta al siglo X, con la fundación del monasterio de San Pelayo y San Juan, reconstruido por Alfonso V tras los ataques de Almanzor. Doña Sancha y su esposo Fernando I reedificarán sobre los antiguos cimientos un nuevo templo, al que se trasladaron desde Sevilla los restos de San Isidoro, lo que determinó el cambio de advocación. En el año 1063 fue consagrada la iglesia y nuevamente reformada y ampliada en el siglo XII por la infanta Doña Sancha. Pese a haber transcurrido más de un año, la Junta no ha querido desvelar los resultados de esta interesante prospección y si el georradar ha detectado restos de las primitivas construcciones.