El Ayuntamiento lleva en total secreto la restauración del edificio que costea el ministerio
«Desaparece» del Palacio del Conde Luna el patio del siglo XIV
El corredor de madera se sustituye por acero y un techo de cristal cubrirá este claustro
Secreto absoluto. Es la política decretada por el Ayuntamiento para el Palacio del Conde Luna, tras la visita que realizó a este inmueble del siglo XIV el ministro de Cultura, César Antonio Molina, en noviembre del 2007. Pese a que la rehabilitación del palacio, por importe de 2,5 millones de euros, la sufraga íntegramente el ministerio, el Ayuntamiento ha prohibido sistemáticamente la entrada a los medios de comunicación. Esta misma semana, con motivo de la visita del cónsul Luis Fernando Esteban para supervisar las obras del edificio que será la sede de la Universidad de Washington, se le negó la entrada a este periódico alegando motivos de seguridad. La falta de transparencia informativa por parte del Ayuntamiento está auspiciando todo tipo de sospechas: ¿qué ocultan? ¿No se están haciendo las obras conforme al proyecto? Estas son algunas de las preguntas que se lanzan desde distintos sectores preocupados por el Patrimonio. Una de las causas de este silencio podría obedecer a los cambios «drásticos» que está sufriendo el inmueble en su interior, como la «desaparición» del espléndido patio del siglo XIV. Una fotografía tomada por satélite hace algunas semanas prueba la eliminación del primitivo corredor de madera que rodeaba este claustro. Según fuentes consultadas por este periódico que han pedido no ser identificadas, el mal estado de las maderas hacían imposible su recuperación. Siguiendo el más que discutido criterio de no restituir piezas originales por réplicas en los edificios históricos, los arquitectos responsables del proyecto -Mariano Díez-Sáenz de Miera, que es también conservador de la Catedral, y Melquíades Ranilla, autor asimismo del Plan Director de las Murallas de León y del de Marialba de la Ribera- habrían optado por dejar la impronta del siglo XXI en un edificio con siete siglos de historia. Cambios polémicos La madera se ha sustituido por acero y una gran lucera de cristal cerrará un patio cuyo techo siempre fue el cielo. Pero hay más cambios polémicos, por más que todos ellos hayan contado con la preceptiva autorización de la Comisión Territorial de Patrimonio de la Junta. Según otras fuentes, la instalación de aire acondicionado -para evitar sistemas de calefacción de mayor impacto- habría obligado a recubrir los gruesos muros de piedra con «paredes falsas», que exigirían no menos extraños remates para salvar el rico artesonado de madera de los techos. Las techumbres de alfarjes con pinturas de los siglos XV y XVI tuvieron que ser desmontadas para restaurarlas. Algunas fuentes apuntan a que el Ayuntamiento persigue que la inauguración del Palacio del Conde Luna, que también será sede del Instituto del Reino de León -co incidiendo con la conmemoración de los 1.100 años que se cumplen en el 2010-, sea una sorpresa. Está previsto que a la inauguración del edificio, ubicado sobre el solar donde un día estuvo el palacio de los reyes leoneses, asista el presidente del Gobierno; quizá otra de las posibles razones del secretismo con que se está llevando a cabo la rehabilitación. Tampoco ha trascendido cómo se ha resuelto arquitectónicamente la recuperación del cubo de la muralla que está encajado dentro del palacio y cuyos andamios son visibles desde la calle Azabachería. Algunas fuentes apuntan a que ganará en altura, es decir, que será reconstruido. Sáenz de Miera había diseñado inicialmente un proyecto de remodelación del edificio, cuando se pensaba convertirlo en Museo de la Semana Santa, que las prospecciones arqueológicas y las investigaciones históricas posteriores obligaron a reformar, como en el caso de la nave central, que iba a ser derribada. También se constató que la torre renacentista -de estilo toscano- y el cuerpo gótico resultaban de gran valor. Una de las zonas más atractivas del inmueble es la que debió ser la despensa y que se construyó comiendo parte de la muralla. En estas dependencias se encuentra -encajada en una de las paredes y casi invisible al ojo humano- parte de la torre más antigua del edificio, perteneciente al siglo XIII. Estas dependencias se utilizaron en el siglo pasado como almacén de frutas. INVERSIÓN DEL MINISTERIO DE CULTURA EN LA RESTAURACIÓN DEL PALACIO DEL CONDE LUNA en euros