Dos fémures, un húmero, una clavícula y seis vértebras fueron las piezas encontradas del poeta
Los descendientes de Quevedo dudan de que esté en Villanueva de los Infantes
Los investigadores emitieron su informe sin haber analizado el ADN de los familiares vivos
Imagen del árbol genealógico de Francisco de Quevedo
león
Dos años después de que un equipo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, dirigido por el doctor José Antonio Sánchez, emitiera su informe sobre los restos de Quevedo encontrados entre otros 167 incluidos los de varios animales, en la capilla de los Bustos en la iglesia de San Andrés Apóstol en Villanueva de los Infantes, los descendientes del escritor ponen en duda que estos 10 huesos pertenezcan realmente al autor de
falleció el 8 de septiembre de 1645 en el Convento de Santo Domingo de la localidad manchega, donde, según dijo en su testamento, deseaba ser enterrado, aunque esta voluntad no llegó a cumplirse, puesto que fue inhumado en la cripta que la familia Bustos poseía en la capilla de la Virgen de la Soledad de Villanueva de los Infantes.
Enterramiento
Un siglo después de su enterramiento los restos de esta cripta fueron trasladados a la de la Iglesia de San Andrés Apóstol, que permaneció oculta hasta 1955, cuando se descubrió en unas excavaciones de la Sala Capitular del templo. En el mes de mayo del pasado año y tras los estudios llevados a cabo por el mencionado equipo de la Complutense, los restos del insigne escritor han vuelto a la capilla de la Virgen de la Soledad donde han sido guardados en una urna de forja junto al estudio de identificación realizado por un equipo de la Escuela de Medicina Legal de de Madrid, varias monedas de curso legal y un acta de depósito firmada por el Consistorio infanteño, la Iglesia y el notario de la localidad manchega.
Pero, ¿quién reposa en Villanueva? Dos fémures, un húmero, una clavícula y seis vértebras fueron las piezas encontradas del esqueleto de Quevedo, cuyo cráneo, sin embargo, no estaba entre los restos.
Según los expertos «No hay duda dentro de lo que significa haber trabajado con restos de cientos de personas».
Después de localizar la tumba en la cripta, extraer los huesos, cribarlos y limpiarlos, los investigadores -”apoyados por técnicos locales-” hicieron estudios antropológicos forenses y separaron los restos correspondientes al perfil de Quevedo, señaló el profesor Sánchez. Y añadió: «Efectivamente, son los restos de Quevedo», aunque más de 300 años después, pocos son los restos del escritor hallados junto a los de 167 personas como mínimo», entre los que había huesos de animales, niños, jóvenes y adultos, precisó el director de la investigación José Antonio Sánchez Sánchez del Departamento de Toxicología y Legislación Sanitaria de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense.
Sin embargo estas afirmaciones de los expertos carecen de un respaldo científico al no contar con un estudio del ADN que según el profesor Sánchez «Tampoco se ha podido aplicar a los restos óseos, porque es necesaria una muestra para cotejar y no hay descendientes de los que obtenerla».
En otro artículo publicado en
el 17/04/2007 se especifica que «Al ser interrogado por si garantizaba la autenticidad de los restos con una fiabilidad del cien por cien, Sánchez explicó que «no hay ningún método para afirmar esto». no se pudo aplicar la técnica del ADN a los restos óseos ya que «se necesita una muestra para cotejar» y «no existían descendientes para hacerla», y en otro artículo «Lamentablemente no se han podido llevar a cabo pruebas de ADN al no existir descendencia vía materna de Quevedo, ni restos óseos conocidos de un familiar directo del escritor».