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La semana del Musac

«Inquietante es la palabra que más me gustaría ver aplicada a mi obra»

La artista palentina Marina Núñez inaugura el sábado en el Musac una gran exposición titulada «Fin», donde aborda con distintos lenguajes la idea de lo posthumano

La artista palentina Marina Núñez durante el montaje de la exposición «Fin», que se inau

León

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Marina Núñez (Palencia, 1966) es una de las artistas españolas con mayor proyección internacional. Rafael Doctor, director del Musac, la «fichó» desde el principio para que sus obras formaran parte de la colección permanente del museo, donde inaugura el sábado la exposición Fin, en la que relata, a modo de «pequeño cuento», un universo de identidades cambiantes. Un mundo «posthumano» poblado de seres enigmáticos. Y es que a Marina Núñez, precisamente, inquietante es la palabra que más le gustaría ver aplicada a sus obras...

-Es artista del Musac desde el principio del museo, ¿cambió su vida?

-No en ese sentido. Siempre es un privilegio y mi relación con Rafael Doctor ha sido muy estrecha desde el principio de mi carrera. Un museo que tuvo tanta difusión y con un proyecto tan ambicioso siempre te da prestigio. Me pareció magnífico que contaran conmigo.

-Su exposición se titula «Fin», ¿no se ha puesto un poco trascendente?

-En mi obra soy trascendente y trágica. En mi vida privada no soy tan pedante. Me interesan las obras que me hacen pensar. Las obras que sólo son formalistas, que se centran en la estética, no son las que más me llaman la atención.

-Ha proyectado esta exposición específicamente para el Musac. ¿Cómo se diseña una exposición para un museo?

-En ocasiones, si la arquitectura es muy simbólica, como la de una catedral (Marina Núñez expuso en la catedral de Burgos), te puede influir hasta en un sentido iconográfico. En el caso del Musac, que tiene menos connotaciones, me ha influido menos. Pero siempre influye; en este caso, no en el concepto, pero sí en las decisiones formales. La altura de las salas, por ejemplo, o la forma del techo, te pueden ayudar a entender qué obras funcionarían aquí.

-«Fin» habla de posthumanismo, ¿me lo cuenta?

-La idea de lo posthumano alude a que, llegado un momento, los conceptos que la filosofía occidental adjudica a la idea de lo humano quedan desfasados. No se habla de muerte física de los hombres, sino de una aproximación más metafórica. Si el ser humano en nuestra cultura se ha considerado algo rígidamente estable, la idea de una identidad metamórfica puede ser un desafío a esa vieja noción.

-Alguien que no la conozca ni tenga información de la exposición, ¿será capaz de entenderla?

-Sí, porque mis obras son muy narrativas. En el fondo, son pequeños cuentos. Aunque todas las obras tienen diferentes lecturas, son comprensibles por públicos no especilizados.

-¿Qué opina de la renuncia de Rafael Doctor como director del Musac?

-Rafael Doctor es una persona con una capacidad sorprendente para poner en marcha proyectos y que funcionen. Y ése es el momento en el que disfruta más. Si él consideraba que su tiempo aquí estaba cumplido, adelante. Ha dejado un proyecto muy interesante, bastante consolidado.

-El descubridor de Damien Hirst prepara para la televisión británica un «Factor X» para buscar nuevos artistas. ¿Le escandaliza?

-El arte me parece lo contrario de lo frívolo y, en ese sentido, la propuesta es una solemne tontería; pero, por otro lado, estoy segura de que no tendrá éxito, porque los procesos del arte son muy lentos y no se ajustan a los tiempos de la televisión. O no hablamos de artistas en formación y será una impostura o bien aburrirá a los muertos-¦

-¿Le preocupa que el arte, especialmente en estos tiempos de crisis, sea un refugio para los inversores?

-Me preocupa que los inversores no se preocupen por el arte. El m undo del arte contemporáneo, al menos en España, no mueve apenas dinero. Los motivos por los que las personas invierten en arte son muy variados y pocas veces tienen que ver con una pasión por el arte. Si la crisis provoca que algún artista más pueda sobrevivir, pues bienvenida la inversión. Es peligroso que los inversores no amantes del arte especuelen con él, inflando los precios, lo que siempre viene mal al artista.

-Hablemos del discurso de su obra. Siempre le ha interesado el papel de la mujer en la historia y la «guerra» de géneros-¦

-La guerra de géneros, no; sino cómo se han definido los géneros. El pensamiento feminista siempre ha estado presente en mi obra. Al principio, de forma más explícita, porque representa a la mujer que desbarataba a los estereotipos dominantes; y ahora, de forma más velada, porque siempre hablo de las identidades no canónicas, y la teoría feminista fue pionera en la subversión del canon del hombre, blanco, heretosexual-¦ es decir, de la norma.

-También hay elementos inquietantes y surrealistas en sus obras-¦

-Sí. Inquietante es la palabra que más me gustaría ver aplicada a mi obra. Y el movimiento surrealista jugaba mucho con la idea de lo siniestro freudiano, ese momento en el que lo familiar se convierte en algo extraño y pone en duda tu idea de lo real establecido. La palabra misterio, igualmente, es algo que pienso que cualquier artista desearía como calificativo para su obra. Me gustan las obras poco obvias, con amplias resonancias.

-Los cráneos de cristal que mostrará en el Musac recuerdan a una serie anterior, «Locura», donde ahondaba en el campo de la historia del arte-¦

-No hay una ruptura entre series. Unas obras remiten a otras, porque el universo iconográfico siempre gira en torno a la idea de las identidades que se mueven en los márgenes. Y en ese sentido, tanto la locura como la monstruosidad son hermanas. Y la alusión a la historia del arte, si bien en pocas ocasiones es explícita, es inevitable, porque ésa es mi formación.

-En Dalí el psicoanálisis fue una fuente de inspiración, ¿también a usted le interesan esos territorios de la mente?

-Absolutamente. Aunque represento cuerpos, son una forma de representar identidades; y la forma en que el ser humano se entiende a sí mismo, es en lo que me interesa reflexionar.

-Una de las salas del Musac estará ocupada por una gigantesca obra, «Sin título (ciencia ficción», que representa una ciudad en ruinas-¦ Recuerda el mundo de los constructores de catedrales y hay calaveras que evocan gárgolas-¦

-Hay una mezcla de dos estéticas, la del universo de El Bosco y Brue-ghel; y por otro lado, en la forma que ésta hecho (en 3D en ordenador), también remite a los vídeos o el cine de animación. Hay una alusión, de nuevo, a la historia del arte, pero también a las representaciones más contemporáneas.

-Como profesora de Bellas Artes, ¿qué le parece que algunas personas consideren el arte contemporáneo una tomadura de pelo?

-Siempre me ha sorprendido que la gente tenga claro que para hablar de física nuclear haya que tener una formación y opinen, en cambio, que el arte es algo al margen de los lenguajes muy codificados establecidos a lo largo de siglos de cultura. Una cosa es que una obra te guste o no, que es perfectamente lícito, y otra cosa muy distinta es que estés capacitado para saber si es buena o no lo es. Es una actitud arrogante y, a la vez, ingenua.

-Pero el arte era una forma de lenguaje y, en cierto sentido, ha dejado de comunicar-¦

-Ha habido muchas épocas en las que el arte era incomprendido en su momento. Y si bien es cierto que parte del arte contemporáneo puede resultar críptico; otra, no lo es. Lo que sí falta es educación para el arte. Cuando los niños ven exposiciones desde pequeños, nada les resulta difícil o distante.

-¿De qué artista se compraría una obra?

-De muchísima gente. Por ejemplo, de Marlene Dumas, de Gerhard Richter, de Bruce Nauman, de Enrique Marty, de Simeón Sáiz-¦