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Los expertos acusan al gobierno británico de «doble moral» por negociar con la empresa Odyssey

Publicado por
León

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efe | londres

Un experto en derecho marítimo acusó ayer de «doble moral» al Gobierno británico por negociar con la empresa Odyssey el rescate de los restos de un buque de guerra británico hundido en 1744 mientras trata de convencer a los submarinistas aficionados de que no deben comercializar sus propios hallazgos.

Mike Williams, de la Universidad de Wolverhampton (Inglaterra), criticó el que vaya a permitirse a esa empresa estadounidense el rescate del «Victory», buque orgullo de la Royal Navy que se hundió con sus 1.150 tripulantes y cuatro toneladas de oro en el canal de la Mancha. De acuerdo con la legislación internacional, el buque y sus contenidos son propiedad del Gobierno británico, pero, según explicó Williams, Odyssey quiere llegar a un acuerdo similar al firmado en 2002 con Londres tras descubrirse los restos del HMS Sussex, que se hundió frente a Gibraltar en 1694 con un importante cargamento de oro. «En aquella ocasión, el Gobierno británico nombró a un panel de expertos independientes e invitó a Odyssey a presentar un plan de rescate, y sospecho que es lo que quiere hacer también ahora con el Victory», dijo Williams, quien recordó que aquella empresa no pudo seguir adelante debido a una disputa jurisdiccional con las autoridades españolas.

Contradicción

Lo que indigna especialmente a Williams es la clara contradicción entre un eventual acuerdo con Odyssey, por el que la empresa obtendría un porcentaje de la venta de los objetos del pecio, y la campaña que ha lanzado al mismo tiempo el Gobierno británico para convencer a los submarinistas de que no deben comerciar con los objetos arqueológicos que encuentren. Un acuerdo con Odyssey violaría, según el experto, el anexo de la Convención de la Unesco sobre la Protección del Patrimonio Cultural Submarino, que el Gobierno de Londres se comprometió en el Parlamento a respetar aunque no lo haya firmado, anexo que establece que no se puede vender material arqueológico con fines comerciales. El mismo Gobierno, dijo Williams, que ha lanzado una campaña de educación pública bajo el eslogan «Mirar, pero no tocar», tendente a convencer a los submarinistas de que deben informar a las autoridades de cualquier hallazgo.