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| Reportaje | La comparación |

Hasta el aragonés tiene ya su propia academia

El romance peninsular cuya situación sería más similar a la del leonés -”por lo límite de su conservación-”, dispone desde el 2006 de un instituto de estudios llamado «Academia de l-™Aragonés»

Los miembros del primer Consejo de Gobierno de la Academia de l-™Aragonés

Publicado por
E. Gancedo
León

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En los manuales de lingüística, cuando se aborda el tema de la diferente evolución de los romances peninsulares que surgieron tras la fragmentación del latín, se suele equiparar la situación del leonés con la del aragonés: ambos quedaron recluidos en ciertos valles montañosos y siempre muy estigmatizados a causa de una creciente presión castellanohablante. No obstante, de igual manera que en La Baña o en Teixéu del Sil siguen usando sus respectivas variantes de leonés, en Gistaín o en Hecho la gente mayor continúa usando muchas palabras, giros y formas de la fabla aragonesa.

A pesar de esta similar «situación límite», la movilización social en torno al aragonés ha venido siendo sensiblemente mayor, mucho más intensa y vivida de una manera más entusiasta: asociaciones culturales creadas tanto en las ciudades (Zaragoza, Huesca) como en las localidades donde realmente se conserva; numerosas publicaciones, libros y revistas; congresos y encuentros periódicos; grupos de música folk que usan de forma creativa la lengua patrimonial; festivales; escritores actuales que abren caminos literarios en esa lengua; rescate de documentación histórica en aragonés; recursos en páginas web... algo que contrasta con la reducida movilización social en apoyo al leonés y, por supuesto, su nulo apoyo institucional.

De la misma manera que la Real Academia Galega o el Institut d-™Estudis Catalans se encargaron, desde principios del siglo pasado, del proceso de investigación y unificación de las lenguas de estas regiones, en 2006 se creó la llamada Academia de l-™Aragonés, un organismo que, aun sin ser un proyecto directamente emanado del gobierno de aquella comunidad autónoma (puesto que surge de la convergencia de diversas asociaciones culturales), por lo menos sí está llevando a cabo una interesante labor en lo que respecta a la publicación de libros, la organización de congresos y la dirección del proceso de normalización desde un punto de vista puramente filológico.

Aunque el aragonés tampoco es cooficial en aquel territorio, hay que resaltar que allí sí existe una específica Ley de Lenguas que ampara la protección efectiva de cada variedad lingüística (tanto de las diversas variantes aragonesas como del catalán de la Franja) para los lugares en los que realmente se hablan.