Everest reúne en dos tomos el teatro revolucionario de Fernando Arrabal

madrid

Fernando Arrabal enseñó ayer, una y otra vez, como si de dos pesas de gimnasio se trataran, los dos tomos que componen Teatro completo de Fernando Arrabal , la obra que, publicada por la editorial leonesa Everest, asombró ayer en la capital de España en el transcurso de su presentación en el Círculo de Bellas Artes. En los dos volúmenes está el trabajo dramatúrgico de un muy prolífico autor como es Arrabal, por lo que, unido a la calidad material de los dos libros, tan elogiada ayer, hacen de este proyecto impulsado por el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua dirigido por Gonzalo Santonja una joya literaria calentita recién salida del creativo horno de la empresa leonesa.

Fernando Arrabal sostenía su teatro con las dos manos y repetía: «Son dos joyas, el papel, la encuadernación-¦ Es inhabitual. Es la mejor obra completa hecha en el mundo», reiteraba. Y el respetable, que ya tenía los dos libros de que consta el proyecto, lo confirmaba al acariciar sus tapas o al descubrir el delicado papel de las páginas. Y dentro, el contenido.

Y es que una vez ganada la batalla de la presentación en sí misma, con la supervisión de Miguel López Varela, gerente de Everest, y con la intervención de Ana Rodríguez como editora, junto al propio Arrabal y Santonja, y otros altos representantes de la empresa leonesa, el momento era del artista y, en este terreno, Arrabal es infalible.

Quiere conocer Everest

Divertido y locuaz, aunque él dijera que «por lo general estoy chistoso y ocurrente, pero hoy no, hoy estoy emocionado. Lo que ha hecho Everest con esta obra me llena el alma», también tuvo tiempo de entablar diálogo público con Pedro Víllora, joven y prestigioso dramaturgo presente entre el público.

Y Arrabal volvía a los elogios al libro (entre otras cosas prometió viajar a León para conocer a la familia propietaria de Everest) y aseguraba que, «aunque los japoneses y los coreanos hacen grandes libros, «¡nunca lo han hecho de tanta calidad!», exclamaba. Arrabal adquirió tal línea de elogio al excelente envoltorio de su obra y a Everest como verdaderos artífices que aseguró que «cuando se lo enseñe a mi amigo Umberto Eco le dará envidia. Incluso puede ser bueno para que se hagan trabajos como se ha hecho éste», afirmó el autor de obras míticas como El triciclo , Guernica o La bicicleta del condenado .

Para rescatar a Arrabal de tanto entusiasmo hubo que escuchar, por ejemplo, a Ana Rodríguez, editora del libro y responsable de un concienzudo trabajo en el que, según asegura, el escritor colaboró de manera exquisita. Rodríguez no dudó en poner en valor la propia obra de Fernando Arrabal como verdadero artista polifacético, y recordó que esta cuidada edición permite leer, sí, la obra completa teatral del autor nacido en Melilla, pero también ver sus fotografías, pinturas y demás representaciones del mensaje renovador que encierra la obra de este autor insólito.