Envíe un fax

QUERIDO señor ministro de Cultura: no vuelva a León a dar una lección magistral de música. Entiéndalo como una súplica. Los periodistas somos insensibles a las músicas celestiales. Preferimos datos y cifras. Con ellos hacemos titulares. Los «cánticos» resérvelos para eruditos. Para decir que en el 2011 estará rehabilitado el Emperador podía haber enviado un fax. Se habría ahorrado un viaje y a nosotros una hora de ochos siglos de «turra» histórico-musical. La próxima vez —es un ruego— traiga los deberes hechos. Queremos saber cuántos empleados va a tener el Emperador, su presupuesto anual, los nombres del staff directivo, los conciertos que va a dar (número e intérpretes)… Somos así de materialistas.