Diario de León

El Museo Bíblico y Oriental mostrará un tesoro único de las primeras civilizaciones

Un arqueólogo coloca en un soporte una de las valiosas piezas del Museo Bíblico. Piezas únicas para

Un arqueólogo coloca en un soporte una de las valiosas piezas del Museo Bíblico. Piezas únicas para

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Piezas diminutas, los primeros vestigios de escritura. Textos que datan de hace 40 siglos. El Museo Bíblico y Oriental, que mostrará por primera vez sus tesoros a partir del día 11, pretende recrear en singulares expositores el origen y hasta la «atmósfera» en la que surgieron los primeros documentos de la humanidad. De ahí que algunas piezas «emergerán» de entre la arena del desierto. Los responsables del museo han diseñado inteligentes planos que facilitan al visitante todos los datos de cada pieza y su traducción.

Los fondos del Museo Bíblico y Oriental están cargados de historias apasionantes de las culturas que surgieron en el valle bañado por los ríos Tigris y Éufrates. Maravillas como dos pictogramas de la época Uruk (2.800 a. de C.). Mensajes enigmáticos, algunos aún pendientes de ser traducidos, o una tabla de dividir infantil, con dos errores, fechada en el siglo XIX antes de Cristo. Inscripciones reales, una de las primeras letras de cambio, himnos de hace miles de años y cartas paleobabilónicas, algunas con su sobre de arcilla, que nunca han sido abiertas...

Los expertos en Derecho pueden encontrar un contrato de adopción de la época mesopotámica, en el que figuran desde los padres al nombre del niño y los testigos. Documentos de compraventa, fletes, textos religiosos... Cilindros-sellos para certificar documentos, que se usaban en el 2.400 a. de C. y bulas o esferas pequeñas en las que se anotaban lo que se les pagaba a los jornaleros, así como «identificadores» para las ovejas, una especie de collar-documento con el nombre de su dueño.

Tesoros que el estudioso y coleccionista belga Van Dijk dejó en herencia en 1966 a su alumno más destacado, el sacerdote leonés Jesús García Recio. Este legado constituyó el «embrión» del Museo Bíblico y Oriental. Pero la colección ha sido ampliada y completada en los últimos años por el empresario leonés David Álvarez, fascinado por este proyecto.

Un conjuro de hace 24 siglos

El nuevo museo leonés será, sin duda, un referente mundial para los estudiosos de las primeras civilizaciones. Con más de 12.000 textos y más de un millar de piezas, incluye también terracotas mesopotámicas con escenas de la vida campestre, entre ellas unas que representa a un dios, así como textos arameos, como un conjuro contra los espíritus (fechado en el siglo III antes de Cristo).

Juan Jacobo Adriano Van Dijk consiguió a lo largo de su vida reunir más de 10.000 volúmenes únicos, que constituyen la mejor biblioteca asiriológica y aspiran a ser un referente en egiptología. Textos cuneiformes, arameos y hebreos fundamentales para el estudio del Oriente bíblico; las fuentes de nuestra civilización actual. La biblioteca del Museo Bíblico también ha ido creciendo y aumentando sus excepcionales fondos.

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