Diario de León

OPINIÓN | MARTA PRIETO SARRO

Salutem plurinam!

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MARTA PRIETO SARRO
León

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DESDE que Diario de León anunció que la Reina Doña Sofía acudiría a la inauguración de la exposición sobre Alejandro Magno el 11 de marzo, los lectores de este periódico hemos tenido la oportunidad de leer casi a diario alguna noticia sobre el evento. Desde precisas e interesantes descripciones de algunas de las piezas que podrán contemplarse (tanto de las que pertenecerán al fondo permanente del Museo Bíblico y Oriental como las que formarán parte de esta primera y excepcional exposición) hasta datos sobre quiénes son, sin duda, algunos de los indiscutibles protagonistas de este momento: el propio Alejandro, cuya extraordinaria biografía le ha convertido probablemente en uno de los personajes más interesantes de la historia; el profesor Francisco Antonovich, que aportará la colección de bustos y otras piezas sobre Alejandro de Macedonia, de la que podremos disfrutar sin necesidad de realizar periplo alguno por el mundo; David Álvarez, mecenas en el más amplio sentido de la palabra del Museo Bíblico y Oriental y Jesús García Recio, que es su director.

Quizá haya quien no valore en sus justos términos la importancia que este acontecimiento supone y que yo califico, sin miedo alguno a equivocarme, de excepcional para una ciudad y una provincia como la nuestra, en la que, siglo tras siglo, han ido dejando su huella numerosos personajes de altura en casi todos los ámbitos de la cultura. Incluidos campos de los que no muchas veces nos acordamos como la filología clásica o la árabe, la patrística, la arqueología, los estudios bíblicos, la asiriología, el monacato-¦ Cito de memoria, sin exhaustividad y en desorden a modo de ejemplo unos pocos nombres que no conviene olvidar: Valentín García Yebra, Luciano Rubio, Ramiro Fernández Valbuena, el P. Florentino Díez (OSA), Lisardo Rubio, Olegario García de la Fuente, el propio Jesús García Recio, Fructuoso, Valerio, Genadio-¦ Y a ellos antepongo, por su condición de mujer y por su temprano testimonio, a Egeria cuyo Itinerarium es una de las piezas más sorprendentes que conservamos de su tiempo.

Que en León tenga su sede este Instituto Bíblico y Oriental, llamado a ser un referente en el panorama mundial de los estudios a los que dedica sus esfuerzos, a buen seguro ha de dejar perplejos a todos aquellos que desconozcan la existencia de esas gentes que, cada cual a su modo y manera, fueron abriendo brechas y caminos para los que vinieran después y que, en definitiva, tendieron un puente imaginario e intemporal entre León y Oriente. Un puente construido gracias a muchos hombres humildes, padres y madres de familia, que fueron capaces de entender algo que hoy parece que estamos olvidando: el valor de la educación y el estudio.

Que el Museo Bíblico y Oriental consiga abrir definitivamente sus puertas y lo haga con una exposición tan valiosa es algo de lo que todos deberíamos sentirnos orgullosos. Personalmente, creo que hay pocas cosas tan emocionantes como tener al alcance de la mano una excepcional colección de textos, entre ellos textos cuneiformes que nos remontan casi al tercer milenio antes de Cristo, y toda suerte de piezas con destinos cotidianos o más elevados (terracotas, sellos, esferas-¦) de esa increíble civilización mesopotámica que, como casi todas las grandes civilizaciones, le debe todo o casi todo (incluido su nombre) al agua de sus ríos. La tablilla de arcilla sumeria que, tal como recogió Diario de León en su edición del domingo 8 de marzo, abrirá la Reina, supondrá un antes y un después para todos los que directa o indirectamente asistamos al momento.

Y creo que, si algo no debe ser olvidado en este momento, es que sin Jesús García Recio y sin el legado de Juan Jacobo Adriano Van Dijk, el próximo día 11 no estaríamos celebrando un acontecimiento tan extraordinario. Lástima que la Universidad de León, que es la nuestra, no valorara un fondo que tuvo en su mano hace ya casi una docena de años. ¡Cuánto tiempo perdido!

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