OPINIÓN | MIGUEL ÁNGEL NEPOMUCENO
¿Lujo o despilfarro?
EN UN MOMENTO tan difícil, a juzgar por lo que los mismos banqueros dicen, contratar a un tenor de las características de Josep Carreras para una serie de conciertos en la comunidad es, cuando menos, un artículo de lujo difícil de asimilar, especialmente para aquellos que día a día luchan por conseguir que la cultura musical no desaparezca de la noche a la mañana, como está sucediendo con determinadas formaciones por falta de subvención. Y a las que aún se mantienen en pie les cuesta dios y ayuda traer a sus respectivas áreas, como son festivales, fundaciones y auditorios, programaciones dignas, que no siempre se consiguen, (para muestra véase en lo que ha quedado la del Auditorio), y sin embargo no se escatiman cientos de miles de euros en una sola actuación, por cierto, deja vu , con la cantidad de programaciones soberbias que se podrían hacer, pero sin embargo se prefiere el tirón de lo mediático sin importar demasiado en qué condiciones está hoy el artista, qué va a ofrecer y qué rentabilidad musical dejará a cada una de las ciudades en las que actúa. Pero parece ser que eso importa poco, lo realmente importante es traer nombres rimbombantes aunque ya no posean las facultades canoras de antaño (recuérdese el ridículo de Caballé hace unos meses en el Auditorio), pero eso sí, epata que es una maravilla. Naturalmente, cada uno hace con sus dineros lo que le place y en especial si es una entidad privada, pero pienso que hay maneras más equitativas de distribución de esos dineros, y más en los tiempos que corren, con programaciones de muy alto nivel, y no que todo se lo lleve una sola persona por muy famosa que sea a 60 euros la butaca.