Marte

ANTENA 3 anunció hace un año, o algo más, que iba a emitir la versión española de Life on Mars, una multipremiada serie británica sobre un policía que viaja treinta y tres años hacia atrás en el tiempo. Luego, hacia el otoño pasado, la cadena nos dijo que la serie ya estaba lista y que se iba a llamar La chica de ayer. Más recientemente, tuvo la deferencia de enviar a la crítica un par de capítulos del producto, firmado por Ida y Vuelta. Casi al mismo tiempo empezaba a promocionar en pantalla el estreno de La chica de ayer, primero como inminente, después como muy pronto, ahora como «sólo Dios lo sabe». El caso es que van transcurriendo las semanas y La chica de ayer más parece la chica de pasado mañana. ¿Por qué tanta dilación? La causa puede ser esta: Antena 3 no quiere quemar el producto emplazándolo en un horario que no sea el adecuado. ¿Y cuál sería el horario adecuado? Sospecho que en Antena 3 no lo saben, y debo decir que yo tampoco sabría dónde ponerlo. ¿Porque es una serie mediocre? No, por todo lo contrario: la serie está francamente bien. Creo que puede ser un éxito y, la verdad, sería una pena que la promesa quedara frustrada por un error de programación. La chica de ayer es una traslación literal del original británico en el argumento principal: un policía de 2009 (el inglés es de 2006) sufre un accidente que le traslada a 1977 (al inglés le lleva a 1973), pero sin dejar de ser policía, y se ve en la tesitura de tener que trabajar con los métodos e instrumentos de hace treinta y pico años. La adaptación a un mundo sin teléfonos móviles, ordenadores ni pruebas de ADN es el principal envoltorio, frecuentemente cómico, de ese viaje temporal. Junto a esta línea narrativa comparece otra, de carácter dramático, que vincula los dos ámbitos temporales con la novia del protagonista. La historia, tal y como se ha adaptado en -˜La chica de ayer-™, adolece de una revisión del pasado muy primaria (la España de 1977 se pinta con colores que a veces parecen de 1947), con un discurso político demasiado evidente. Por contra, tiene momentos emotivos especialmente logrados, como el encuentro del policía con su madre (en 1977). Las interpretaciones son estimables: Héctor Alterio lleva muy bien el peso de su protagonismo (quizá se excede en los gestos de alucinado), Manuela Velasco está estupenda y Antonio Garrido compone un papel de Harry el sucio en versión cañí muy creíble. O sea que cuando Antena 3 decida estrenar La chica de ayer, hará usted bien en acudir a la cita: no perderá el tiempo. Por ahora, a esperar.