La Biblioteca Nacional acoge la clausura del congreso sobre el autor de «Libro del frío»
Los autores leoneses resaltan la faceta editora de Gamoneda en los setenta
Llamazares, Mateo, Merino y la también leonesa Julia Barella destacaron el valor universal del poeta
madrid
El congreso organizado en la Universidad Autónoma de Madrid en torno a la figura de Antonio Gamoneda cerró ayer sus puertas con la sensación de haber dado aún más a conocer la figura del poeta y podido descubrir la faceta hasta sentimental de un autor con fama tardía que en otros tiempos se dedicó a dar cobijo, para expandirla, a la obra de jóvenes escritores leoneses. Esta última tarea fue destacada ayer por Julio Llamazares, quien remarcó que muchos de ellos publicaron sus primeros libros gracias a Gamoneda, en una labor que practicó con vocación anónima y sin paternalismo.
En el otro extremo del conocimiento de la obra del autor de Descripción de la mentira, los jóvenes estudiantes de diferentes facultades de la Autónoma salían de las jornadas, al menos, más próximos a la poesía: «Lo que más me ha gustado es verle de cerca, que haya estado aquí», afirmaba una joven asistente.
El académico Luis Mateo Díez, el que mañana tendrá su acto de recepción en la Academia, José María Merino, y el escritor, poeta y novelista Julio Llamazares, junto a la también leonesa Julia Barella participaron en esta jornada de clausura, que finalizó con un recital poético coordinado asimismo por Rafael Morales, director de Poesía y Divergencia VII . Antonio Gamoneda ( La palabra dañada ), título exacto del primer congreso universitario con publicación dedicado a la figura del premio Cervantes del 2006.
León como telón de fondo
Luis Mateo Díez fue el primero en advertir al público y alumnos de una concurrida sala de actos de la Biblioteca Nacional de que en esa mesa había tanto afecto como reconocimiento literario y que León, como ciudad y telón de fondo, resultaba ser un espacio en donde todos empezaron a escribir y encontraron en Antonio Gamoneda el soporte en donde crecer como autores.
Así dio comienzo la conexión sentimental, en la que surgen figurados lazos familiares y que se plasman, por ejemplo, en la obra León, traza y memoria, en donde Gamoneda invita a participar a Luis Mateo Díez y José María Merino. Ya entonces, el autor de La fuente de la edad había afirmado que «en el mundo de los afectos, la familia y los sentimientos hay una figura que es la de tío carnal y nada más me hubiera gustado en el mundo que ser sobrino carnal de Antonio Gamoneda. Como no lo puedo ser, sí me considero sobrino y él me lo acepta», narró Mateo Díez.
En la misma línea, José María Merino, que leyó algunos de sus relatos, al igual que Luis Mateo Díez, en los que la infancia como hecho inicial conectado con el universo poético de Gamoneda daban respuesta a la relación personal y literaria, también entró al tema de esa familiaridad que surge en estos escritores leoneses y que trasciende porque, más que nada, todos dejaron ver que Antonio Gamoneda y su generosidad son los que lo propician. Para Merino, en concreto, porque además «fue mi primer editor serio. Lo que había publicado era de esos libros que nada más abrirlos pierden las hojas», vino a decir.