Reportaje | acacio díez
Cien años cargados de fiesta
Hace un siglo Pancomio Peribáñez inauguró la plaza de toros de Sahagún
Ya lo dice la canción del patrón San Juan de Sahagún, que ningún facundino deja de entonar durante estos días de fiesta: «Y es que San Juan de Sahagún no lo puede ver, que las vacas en Sahagún dejen de correr». Porque los festejos taurinos están tan ligados a esta fiesta que es difícil entenderla sin talanqueras, vaquillas y peñas en los tendidos.
Hace ahora cien años el empeño de los aficionados llevó a la villa a levantar el coso taurino, cien años cargados de fiesta, sustos, alegrías; palcos con bota de vino en mano, para aliviar la sed que el tórrido sol que abrasa los tendidos cubre sin que a nadie parezca importarle. Vale más el buen trago, compartir el abrazo y el ambiente de la fiesta, junto con el aplauso bien merecido de quienes hicieron realidad las bases de una tradición taurina que hoy se mantiene bien viva en la villa.
Fue precisamente un 12 de junio, en 1909, cuando a las cuatro de la tarde se hizo el primer paseíllo en el flamante coso taurino facundino. La cita fue un sábado, y fueron entonces cuatro los novillos toros, de la ganadería de Clemente Herrero, que se lidiaron. Así consta en la cartelería que se conserva con motivo del evento.
Los astados fueron lidiados por el maestro Pacomio Peribañez, de Valladolid, que se acompañó de sus picadores y banderilleros. Todos ellos firmaron una página de la historia taurina de Sahagún, una historia que acumula eventos y anécdotas año a año.
Lo que no tenía nada que ver con la actualidad eran los precios, 75 céntimos y tres pesetas de por entonces. Hoy, en los festejos que se anuncian en este coso centenario, los precios se siguen anunciando como «populares».
El caso es que hoy como entonces la villa invita a las fiestas, algo que a nadie se le pasa por alto. Las fiestas de San Juan de Sahagún son testigo y estandarte para los facundinos, y también para quienes visitan la villa en estas fechas.
Hoy la plaza tiene proyectos para ser remozada, y afrontar el nuevo siglo con renovadas ilusiones y mejores condiciones para acoger cada vez a más aficionados.