Abusos

El invento del maligno josé javier esparza

L a otra noche, Rojo y negro , el programa de sucesos de Telecinco, ofreció un informe sobre los abusos sexuales en el seno de la Iglesia. El paquete estaba presentado como el habitual expediente comecuras, compensado con un invitado que debía hacer de defensor del diablo. Seguramente en Rojo y negro no esperaban que el invitado en cuestión -"Ignacio Santa María-" fuera un joven periodista laico, templado y brillante que supo reconducir el asunto a su exacta dimensión, defendiendo a la Iglesia con la misma energía con que condenaba la pederastia. Al final, esta edición de Rojo y negro , visiblemente concebida como una pedrada contra el campanario, terminó convertida en una ponderada exposición de la realidad de las cosas. Bien está. Pero eso no quita para subrayar que en todos estos ejercicios de nuestra tele hay una enorme hipocresía. Por supuesto, se puede censurar como hipócrita a quien propone una moral de continencia y luego, en la práctica, observa conductas incontinentes. Pero no es menos hipócrita que los periódicos y la televisión estén llenos de publicidad de prostíbulos y luego esos mismos medios clamen al cielo porque un político recurre a tales servicios. Como es hipócrita, y mucho, que las relaciones sexuales con menores (a partir de 13 años) hayan sido despenalizadas desde 1985, porque era lo «progresista», y sin embargo se crucifique públicamente a quien ejerce tal «derecho». Y es hipócrita, en fin, que por un lado propongamos un discurso de plena liberación sexual y por el otro montemos autos de fe contra las debilidades de la carne. En el caso concreto de los abusos sexuales sobre menores, el problema de fondo es que hemos vivido veinte años, entre 1968 y 1988 aproximadamente, en los que ese tipo de sexualidad se consideraba como algo liberador, y sólo ahora algunos han percibido la gravedad del equívoco. Es lo que se ventiló hace poco en Francia cuando saltó el escándalo por los escritos pederastas de Daniel Cohn-Bendit, líder de mayo del 68 y después eurodiputado «verde». Periódicos como el emblemático -˜Libération-™ aprovecharon para ajustar cuentas consigo mismos: publicaron sus viejos textos de elogio de la pederastia y los sometieron a severa crítica. Un médico belga, Marc Reisinger, célebre por su intervención en el -˜caso Dutroux-™, dijo entonces que al proclamar la emancipación de la sexualidad infantil sólo se había conseguido entregar a los niños al deseo de los adultos. Es una lástima que todas estas cosas, en las cadenas españolas, no hayan merecido atención. Al revés, aquí la gente se limita a dar caña a las sacristías, quizá pensando que eso «vende» más, pero con ello se renuncia a explicar el verdadero proble ma. Menos hipocresía, por favor.