Solaun, formado en Eutherpe, premio europeo de piano

Ayer fue un día muy especial para el Curso de Piano y Dirección de Eutherpe. La noticia llegó por e-mail a la una de la tarde desde Praga. Era breve y sólo decía: «He ganado el Primer Premio y el Premio del Público. Josu Solaun». Suficiente para que Margarita Morais detuviera las clases que Aprea y Gutiérrez estaban impartiendo en el Auditorio Ángel Barja y gritara: «¡Josu ha ganado en Praga!». Lo que provocó tal tremendo alboroto de profesores y alumnos que los vivas y aplausos se debieron escuchar en varias leguas a la redonda.

Bruno Aprea corrió a abrazar a Horacio Gutiérrez que, con lágrimas en los ojos, no sabía cómo expresar su tremenda alegría porque Josu es su alumno desde hace siete años en la Manhatan School of Music de Nueva York, becado en el programa Doctorate in Musical Arts. Sin embargo en León Josu ya es un viejo conocido a pesar de su juventud. Con 24 años había venido por primera vez a estos cursos de dirección y piano de Eutherpe y su espectacular evolución se iba haciendo patente cada año.

«Se lo merece», fueron las primeras palabras de su mentor y profesor Horacio Gutiérrez, al conocer la noticia. «Josú es un profesional de los pies a la cabeza y tiene unas cualidades excepcionales. Estoy orgulloso por él, y porque este premio tan importante es como el refrendo a su trabajo, a su humildad y a su categoría como pianista. Estoy muy emocionado y espero darle un gran abrazo dentro de dos días aquí en León».

Bruno Aprea parecía un león enjaulado. Iba de aquí para allá diciéndoselo a alumnos y amigos que llegaban. «Es una inmensa alegría para todos, dijo, porque Josu es un «hijo nuestro». El año pasado cerró este Curso precisamente con el concierto con el que ganó ahora en Praga, el nº 3 de Rachmaninov, que no es «moco de pavo». Es un maravilloso pianista que este año se había apuntado al Curso como director, pero yo le dije,-de acuerdo, te doy clases pero con la condición de que nunca seas director de orquesta. Lo tuyo es el piano y sería perder a un gran intérprete». Margarita Morais, su principal valedora y que desde el principio ha confiado en sus excepcionales cualidades, es, como siempre, quien recibe estas noticias con desbordante alegría: «No sé que decir. Conozco a Josu desde hace muchos años y sabía que era un soberbio intérprete, y esto sólo es el principio».