El superviviente «beat» John Giorno desembarca en León

Cuenta John Giorno que en 1961, cuando aún no era más que un joven aprendiz de poeta, que andaba junto a artistas como Andy Warhol, Bob Rauschenberg y Jasper Johns, se dio cuenta de que la poesía estaba 75 años por detrás de la pintura, la escultura o la música. «Y pensé: Si ellos pueden, ¿por qué yo no? ¿Por qué no conectar con el público usando medios como la televisión o el teléfono? Creía que era obligación de los poetas inventar nuevas maneras para actualizar el contacto con la audiencia».

De esta manera nació el Sistema Poético Giorno, una fundación que parió numerosos proyectos, entre los que destaca Dial-A-Poem , (marque un poema), quizás el más conocido de todos los engendrados por este trovador del siglo XX.

Ahora, desembarca en el Musac el próximo sábado para realizar una performance con motivo de la exposición de Ugo Rondinone.

Sus poemas recitados tienen siempre el poso de la nostalgia. Como prueba, éste, que dedicó a los integrantes de su generación: «Generásteis suficiente compasión/para llenar el mundo/ y ahora/todos vosotros/ descansáis en gran ecuanimidad/habéis logrado/gran claridad/y bendición/y una vasta y vacía/extensión de una primordialmente pura/ sabiduría/».

Dice que esa sabiduría está en la vida cotidiana y que sólo hay que saber darse cuenta.

En su proyecto poético colaboró con Andy Warhol, junto a quien realizó varias películas, entre las que destaca Sleep . Precisamente, este título se convertiría en un sello discográfico por el que pasaron autores como Robert Crealy, John Cage, Pati Smith o Sonic Youth. En la actualidad, acreditado por el éxito que cosechan los numerosos libros y ensayos que ha publicado, es considerado como uno de los grandes responsables de la evolución que ha sufrido la poesía en nuestros días, mediante la creación del Spoken Word (Arte de la palabra hablada), que se ha convertido en el centro de la escena poética de los Estados Unidos en la última década. El objetivo de este movimiento es lograr que el poema deje de ser algo vinculado tan sólo al libro o al recital íntimo y que, por el contrario, se una a la cotidianidad.