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Reportaje | l. vega

Los saqueadores dejan León

Gracias a los planes del Obispado de León y la Junta se ha logrado evitar lor robos de arte sacro en los templos de la Diócesis durante el primer semestre del año

Imagen de la miniatura de Ordoño II robada en 1969.

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León

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Hasta hace muy poco tiempo, los robos en las iglesias de la provincia eran demasiado frecuentes. Gracias a un plan puesto en marcha en 2008 por el Obispado de León a través de su responsable de patrimonio, Gómez Rascón, se ha logrado frenar las habituales sustracciones que tenían lugar en los templos. El acuerdo firmado con la Junta de Castilla y León contempla la instalación de medidas de seguridad -”como alarmas y cámaras-” en las iglesias que atesoran piezas de mayor valor. El director del Museo Catedralicio destacaba el año pasado que era prioritario acoger este plan al valle del Esla, zona en la que más robos suelen producirse. Además, en las iglesias de pueblos como Toral, Villacé, Villamañán, Valencia de Don Juan o Villademor existen piezas de orfebrería, retablos y esculturas de incalculable valor artístico y patrimonial que deben ser protegidas.

Gómez Rascón aseguró ayer que el compromiso firmado con la Junta ha aumentado de manera considerable la seguridad en los templos. Sobre todo porque la presencia de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado se ha incrementado de manera notable. Este hecho, unido al citado proyecto, ha conseguido que durante el pasado año tan sólo se sucedieran algunas pequeñas sustracciones sin importancia, mientras que este año no se haya producido ningún robo. Además las medidas de seguridad se han extendido a la mayoría de las iglesias de la provincia, hecho que ha disuadido a los saqueadores.

No obstante, y según ha confirmado Gómez Rascón, este tipo de criminalidad contra los bienes eclesiásticos ha disminuido, en la década de los ochenta. Cabe recordar a ladrones como Erik el Belga, que desvalijó gran parte de las ermitas e iglesias de Castilla y León durante décadas.

Ladrones poco profesionales, sin conocimientos profundos de arte y equipados con una palanqueta con la que abren las casi siempre podridas puertas de los templos, es el perfil tipo del aficionado al expolio, según ha explicado el Alferez Alfredo López Toro de la Unidad Técnica de Policía Judicial (UTPJ), que en colaboración con la Unidad Central Operativa (UCO), ambas dependientes de la Guardia Civil, se ocupan de perseguir estos delitos y recuperar las piezas de arte, delitos que mueven en el mercado negro entre 2.000 y 5.000 euros. Y es que hasta que estas piezas no circulan en el mercado legal, después del robo y la gestión del habitual e imprescindible figura del perista, es casi imposible localizarlas.

Monumentos saqueados. Entre las numerosas obras que se han sustraido en la provincia de León destacan la Virgen del santuario de la Velilla (La Mata de Monteagudo) robada en 1979; una miniatura de Ordoño II procedente de un códice del Archivo de la Catedral de León y que fue robado en 1969; la talla de madera de San Roque robada en junio de 2001; o la talla romántica de la Virgen de la Vega de Cimanes de la Vega, robada en 1963 y en paradero desconocido. También resultan de gran valor los portapaces de plata procedentes de la Catedral de León que desaparecieron en 1925, y desde entonces no se ha conseguido averiguar su paradero, al igual que el relieve del coro de Astorga que fue sustituido por una copia de la obra.

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