El castillo de Benar ingresa en la lista roja de Hispania Nostra
En el ránking de monumentos abandonados figuran trece edificios históricos de León
El castillo de Benar, primera fortaleza patrimonial de los Quiñones, es hoy una ruina. Su mal estado de conservación ha llamado la atención de Hispania Nostra -”la versión española de Europa Nostra-”, que lo ha incluido en su célebre lista roja, donde ya figuran otros doce momumentos leoneses.
El castillo de Benar es un «vigía» abandonado. Da nombre a un pueblo y su sombra se ha proyectado durante siete siglos en toda la comarca de Omaña.
Pese a que existen viejos documentos que hablan de esta fortaleza, uno de ellos expedido el 22 de marzo de 1366 en Calahorra, en el que Enrique II de Trastámara concede a Juan González Bazán el castro de Benar o Benal, parece que los historiadores no conocen su existencia y nunca oyeron hablar del castillo leonés situado en el corazón de Omaña. Como ejemplo, hace una década el castillo de Irún recibía subvenciones millonarias por ser el «único» de España de planta triangular, olvidando el de Benar. La citada fortaleza de Behobia (Guipúzcoa), construida en 1517, fue rehabilitada porque los expertos la consideraban excepcional en Europa, al solo existir otros cuatro de similar planteamiento, dos en Croacia y otros dos en Italia. Pese al desmoronamiento de muros y torreones, aún es posible adivinar la planta triangular del castillo leonés, situado entre Riello y Vegarienza. Seguramente, fue la economía de medios y la morfología del altozano sobre el que se asienta los que determinaron esta planta triangular, absolutamente novedosa en aquella época. Para los Quiñones era el símbolo de su poder, un guerrero inexpugnable al que llamaron «Atenar», evocando a la acrópolis atenisense.
Testigo de guerrras. El castillo de Benar fue bastión de los partidarios de Enrique en su guerra frente a Pedro I el Cruel. Nueve años después pasó a manos de Diego Fernández Quiñones, conde de Luna, por testamento de su padre y está considerada la primera fortaleza patrimonial de los Quiñones.
Actualmente se conservan parte de sus muros, con varias torres que reforzaban la estructura, y en buen estado, la torre del homenaje, de planta cuadrada. a falta de excavaciones arqueológicas ha impedido averiguar hasta la fecha si existió una ocupación previa al momento en el que se data su pertenencia a los Quiñones. Sin embargo, según algunos historiadores, a los pies del castillo se habría asentado un romana, cuya misión sería la de controlar las explotaciones de oro del río Omaña.
Aparte de los conocidos usos defensivos, el castillo también hizo de cárcel en el siglo XV. Su evidente posición estratégica le permitía controlar el Camino Real que se dirigía a Cangas de Narcea y atravesaba el valle de Omaña.
El castillo se reformó en el siglo XVIII y en el XIX volvió a servir de cárcel de los concejos de Paredes, Omaña, La Lomba y Riello. A fines del siglo XIX se destruyó parte del castillo y los materiales se reutilizaron como pavimento de la carretera.
El paso del tiempo y la ausencia de restauraciones han ido diezmando el edificio. Ha sufrido graves hundimientos en los últimos años. En el 2006 se desprendió uno de sus muros. La fortaleza está ubicada en la localidad de El Castillo, donde existe un coto truchero que Miguel Delibes hizo célebre en su libro Mis amigas las truchas .