Movimientos
El invento del maligno José Javier Esparza
Últimos movimientos. Me refiero a los movimientos televisivo-financieros en la estratosfera, que es donde se mueve esta gente de la pantalla.
Hace unos meses habíamos dejado la cosa en que dos cadenas estaban al borde de la quiebra por falta de líquido: debían pagar una deuda multimillonaria y no tenían con qué. Pero los meses han pasado y la deuda sigue viva y, sin embargo, esas cadenas siguen emitiendo. ¿Qué está pasando? A muy grosso modo: primero, que La Sexta, empeñada hasta las cejas por sus inversiones en derechos de retransmisión, sólo sigue abierta gracias a los créditos oficiales, concretamente del ICO y del Instituto Catalán de Finanzas; segundo, que Cuatro, que debía haber abonado en marzo un crédito de 1.900 millones de euros, no sólo no lo ha hecho, sino que su deuda supera ya los 5.000 millones; tercero, que los intentos de lograr un acuerdo comercial entre la Sexta y Cuatro han naufragado, porque los novios sólo pueden aportar al ajuar común sus respectivas deudas; cuarto, que el intento de boda entre La Sexta y Antena 3 -otro novio para la cadena gubernamental- se ha quedado en agua de borrajas, porque a los de Antena 3 les dio un pasmo cuando se asomaron al agujero financiero de la otra; quinto, que ahora la nueva meta es fusionar La Sexta con Telecinco. Los bancos dicen que no pueden hacer otra cosa que aguantar. Veamos: Fulano, que tiene una tele, me debe un porrón de dinero; como no me lo devuelve, yo voy y me quedo con su tele; pero entonces, ¿qué hago con ella? Si antes tenía un problema, ahora tengo dos. Por eso dicen que si debes mil euros al banco, tienes un problema, pero si debes un millón, el problema lo tiene el banco. Los tiburones de la finanza televisiva lo saben. Y los acreedores, resignados, se limitan a renegociar la deuda para tratar de obtener, mañana, algún beneficio suplementario.