Diario de León

La irreverente propuesta sonorade Deicidas llega hoy a la Catedral

La banda de Felipe Zapico y José Luis Pajares regresa al directo y propone que cada espectador que lo desee grabe parte del concierto para ser visto después en Internet

Moisés, Pajares, Tomás, Ricardo y Zapico, tras el concierto que ofrecieron hace dos años .

Moisés, Pajares, Tomás, Ricardo y Zapico, tras el concierto que ofrecieron hace dos años .

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pacho rodríguez | león
León

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Más que intimar, intimidaban. Deicidas, aquel 5 de enero de 1984, día de su primer concierto, fueron un regalo que los Reyes Magos dejaron en León en forma de ogro punk e intelectual y un socio -"con otro a la batería, que era algo así como un hijo de Janis Joplin-". El primero cantaba, el segundo tocaba la guitarra, y ambos componían. Hoy, vuelven a actuar en la capital leonesa.

Entonces, hace un cuarto de siglo, Deicidas llegaron para quedarse. Y ahora, como bien dice Felipe Zapico, «hemos venido para estar, no sabemos si para quedarnos, pero aquí estamos». Zapico y José Luis Pajares inventaron ese nombre provocador para marcar distancias y acercar un universo musical que, en su caso, viajaba de las devociones setenteras al influjo punk. Eran unos Pepito Grillo de la Movida, que Trapiello, Pedro, que tiene más puntería y más dardos, hubiera llamado moscas cojoneras. Y lo que les salía era un rock personal, decididamente local, y un inconfundible gusto por ponerle sombrero vaquero como tubo de escape a algunas de sus canciones. Hoy, más cerca de la irreverencia que nunca, en la plaza de la Catedral, Deicidas reeditan parte de su repertorio conocido, que, con el tiempo, resulta sorprendentemente extenso. La cita con los leoneses más punk parece decir: que Dios nos pille sin confesar .

Esta misa de diez (22.00, en la plaza de la Catedral, dentro de la programación VeranOut del Ayuntamiento) promete ser un ejercicio de memoria sin nostalgia a lomos de un repertorio que tiene sus hits, y que pasaron la prueba del algodón contemporáneo en la fiesta de hace dos años de elrin.com, en donde se reunieron después de casi quince años y que fue el desencadenante de lo que ahora ocurre. Moderno de cartón piedra , Poder de seducción , No puedes , Cuatreros o la iniciática Dora son algunas de las canciones que explican la vida musical de estos alumnos aventajados de Los Cardiacos, la legendaria banda que, por otra parte, este inminente y último cuatrimestre de 2009 también celebra cumpleaños: treinta desde su apabullante irrupción en la, esta vez sí, escena estatal.

Cuando a Zapico y a Pajares les toca ejercer la revisión coinciden en varios aspectos que el tiempo y la distancia no han mitigado. Y que forman parte del ideario no escrito, pero imprescindible, para ser protagonista en la peculiar fauna rockera: no necesitan dosis de autoestima, tienen actitud y creen en sus canciones. Como siempre. Aunque ahora, reforzados por la presencia en el escenario de Tomás Fernández, Ricardo López y Moisés Ferrero, tridente histórico con trayectorias personales en varias de las bandas más sonadas de León, aseguran la potencia y calidad que requieren los nuevos tiempos.

Liturgia musical. Por eso, lo bueno de este Deicidas en la Catedral es que no es un réquiem sino un divertimento. Una propuesta fuera de todo programa. Un regreso antioficial, como un contraataque contra nadie, para recordar que se divertían, les gustaba chillar, provocar y que por las noches se llevaban a casa en sus chupas de cuero el mismo frío de siempre de León. Un día, la helada, cualquiera de las muchas que caen en la ciudad y en la cabeza, atascó la cerradura de su puerta y en lugar de llamar a un cerrajero, Zapico y Pajares se dedicaron a sus quehaceres. Y los Deicidas se fueron al purgatorio porque no eran tan malos chicos y del infierno nunca se sale. Dejaron más de media docena de presencias discográficas, jugaron en la liga de los grandes con Dro y, por ser de León y no de Madrid, tuvieron que escuchar aberraciones del tamaño de ser considerados un grupo que seguía la estela de La Frontera de Javier Andreu. Habría que preguntar por qué ruta.

Centralismos y localismos al margen, en definitiva, sin promesas, Deicidas vuelven a ver qué hay: «Creemos que rock es sinónimo de diversión, y hemos vuelto a divertirnos un rato tocando canciones que se resisten a morir para gente que se resiste a dejar de divertirse. Levantaremos un vaso por los que ya no pueden brindar, abriremos los estuches y encenderemos los amplis». Y una propuesta: «Queremos realizar un vídeo de la actuación. animamos a que todo el mundo que tenga algún objeto que grabe imágenes que se anime y después lo colgaremos en youtube y otros sitios», explica Felipe Zapico.

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