Reportaje | e. gancedo
Pasen y vean
La iniciativa de abrir las casas de Santiago Millas para que la gente pueda apreciar la belleza de sus patios interiores es un buen ejemplo para muchos otros pueblos
Esta casona con galería, hoy convertida en restaurante, es una de las que existen en la bella poblac
El pasado 15 de agosto, la localidad maragata de Santiago Millas celebraba una original actividad que permitía a los visitantes, durante una jornada, conocer una parte muy destacada de la arquitectura tradicional leonesa que en circunstancias normales estaría vedada a las muchas personas que se acercan cada semana hasta esta bella población: los propietarios abrieron sus casas para que todo aquel que lo quisiera pudiera apreciar la belleza de los patios interiores de las casas maragatas, con sus corredores cuajados de macetas y flores, sus patios empedrados y sus pies derechos de madera.
Habitualmente, los visitantes sólo pueden comprobar, por fuera, la singularidad de las casonas arrieras, de piedra rubia y grandes portalones, aunque acceder a algunos restaurantes y centros como el Museo de la Arriería «Ventura Alonso» ya proporciona una idea sobre el interior de la vivienda típica leonesa. El pasado día 15, fueron una docena las casas de Santiago Millas, de ambos barrios de la localidad, las que abrieron sus puertas al visitante. La iniciativa, organizada por la asociación de Amigos del Pueblo, surgió por el gran interés del público que visita el pueblo hacia los patios de las viviendas, ya que en más de una ocasión algunos de ellos han solicitado a los vecinos poder entrar y verlos directamente.
Un folleto con el itinerario. Los interesados tuvieron que dirigirse al Museo de la Arriería: una vez allí, además de ver el propio patio del museo -”que también fue una vivienda, en este caso del famoso arriero maragato Ventura Alonso, quien da nombre al centro-”, se les hizo entrega de un folleto con el itinerario de inmuebles visitables en la jornada.
A juicio del investigador y divulgador Javier Callado, autor de una gran exposición sobre la arquitectura tradicional leonesa que está recorriendo todas nuestras comarcas, se trata de una «idea estupenda» para mostrar lo guapos que son los corredores y los patios típicamente leoneses, y sobre todo para conocer el corredor como elemento que se repite en todas las zonas. «Cuando el corredor es exterior y da a la calle, como en la montaña y el Bierzo, se ve sin problemas; pero cuando es interior, como en las zonas llanas y de piedemonte, hay que acceder a la vivienda para contemplarlos», comenta.