AntiRisto

El invento del maligno

En OT , Risto Mejide era un tipo que aparecía despatarrado en una silla y soltaba lindezas a unos pobres y débiles muchachos que acababan de cantar una de Sergio Dalma. En G 20 , Risto es un tipo que aparece de pie y critica lo más débil (¿Yola Berrocal, Cristina Tárrega? ¿En serio?). Es verdad que el primer día hizo un 21,9% de share; y el segundo, un 17,7% (con 2.522.000 espectadores), pero eso no quita para que el programa sea un poco birria mayúscula. No voy a decir decepción porque para eso habría que haber tenido alguna expectativa en el producto.Una cosa rancia con un presentador que, pese a la audiencia inicial, ha pasado a engrosar la lista maldita del colaborador al que dan espacio propio (Boris, Latre, Berto-¦ y creo que éstos se desenvolvían mil veces mejor en solitario). Y, total, para hacer un ranking. Vaya una novedad. Como ésos del programa Los Más de Antena 3 o los que había en Está pasando . Un contenedor entre Vídeos de Primera y Pecado Original . Un Risto bastante Tristón que presenta vídeos con presuntas locuacidades introductorias. Como Marina Saura en Mírame (por lo menos ponía posturitas libidinosas) o Cristina Saavedra en Ahora . Tan natural como ellas. El segundo día puso más cara de malo y avinagrado porque el primero había quedado entre suavecito y lobotomizado. Un señor que suelta que de las cosas usadas que Cospedal puede llevar a su boda es ella misma, que ya lo está, y que aclara inmediatamente que de un hombre también diría lo mismo (ya) no puede hacer carrera. Que a mí me da igual si se mete con las mujeres, los niños, los ancianos o los enfermos, que no es que me sienta ofendida por el blanco sino por la gracia que no tiene. Vamos, que ponemos en las puertas del plató (es un decir) el atrapapolillas de Raid y se pegan varios kilos. Quiero odiar a Risto, que para eso está, no tenerle lástima. Con ese aspecto entre tuberculoso de posguerra y moderniqui perrofláutico no se le puede odiar. Con esos guiones no se le puede odiar. Con esa inseguridad sobre dos piernas no se le puede odiar. Viendo a Risto echo de menos a Pedro Ruiz, y eso sí que no. Risto lleva esas gafas que son un poco como las de Diana de V . Pero para mí que, si le arrancas la piel, el lagarto que hay debajo es Juancho. Tan mono, tan inofensivo.