Diario de León

«Es la conciencia del sufrimiento la que nos abre el camino a la piedad»

Luis Mateo Díez presenta el miércoles su nueva novela, «El animal piadoso»

El escritor lacianiego Luis Mateo Díez.

El escritor lacianiego Luis Mateo Díez.

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cristina fanjul | león
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Si bien nunca la ha abandonado, Luis Mateo Díez regresa a Celama con El animal piadoso , su nueva obra. En esta novela, que presenta el próximo miércoles en Madrid, el escritor lacianiego acompaña a través de los callejones de su otoño a Samuel Mol, inspector de policía jubilado que se enfrenta a los fantasmas de uno de los casos que más le marcaron durante su carrera. «En mis historias, las ciudades de sombra son Celama, ese mundo crepuscular que rige el final de las culturas campesinas», dice el escritor. Y es que esta novela se desarrolla en una atmósfera en la que el tiempo se ha detenido, haciéndose así eterno. «La antigüedad se respira, hasta ese punto es poderosa y todos los recovecos y callejuelas supuran cierta irrealidad», explica el escritor. Cuenta Luis Mateo que el elemento moral que ha dibujado la personalidad de Samuel durante toda su carrera fue siempre la piedad y destaca que su capacidad por la misericordia le llevó incluso a apiadarse de los culpables «a veces de forma azarosa y buscando incluso la exculpación». Pues bien, este componente ético regresa como un boomerang y hace que reencontrarse consigo mismo con esa misma piedad que siempre ofreció a los demás le resulte imposible.

Caminos paralelos. En esta senda que transpira muerte y sueño se encuentra Luis Mateo Díez con Albert Camus. Él mismo certifica que El animal piadoso está en la tradición del gran escritor francés. «Sí, somos ambos escritores de la conciencia», dice. Y es que, de la misma manera que Jean Baptiste, el protagonista de La Caída, Samuel Mol realiza una peregrinación interior en la que la culpa y el remordimiento se miden con el crimen y el perdón. Sólo que de manera inversa. «Sí, en El animal piadoso está presente esa especie de fragilidad llena de fantasmas... Samuel es un huérfano de la piedad y su historia se desarrolla en un clima de gran deriva, en un ambiente dominado por la soledad», recalca el novelista. Orfandad en la que todos acabamos con la vejez, a decir de Luis Mateo. El hombre, la suma de sus desdichas, como en Faulkner. «Sí , esa es una parte crucial en la vida de un hombre, pero contrasta con la búsqueda de la felicidad», asegura. El autor de La fuente de la edad defiende que estamos predestinados a la paz de espíritu, aunque todos sepamos que estamos marcados por la fragilidad. Sin embargo, asume que es la conciencia del sufrimiento la que nos convierte en animales piadosos. «Samuel Mol es un ejemplo», subraya. El escritor explica que este hombre no quiso o no supo resolver un crimen terrible y que, catorce años después, ese caso regresa y con él todo un legado que le abruma hasta el punto de provocarle espasmos morales.

El perdón, uno de los sentimientos más unidos a la piedad, está para Luis Mateo Díez en la «naturalidad de lo que somos». Sin embargo, no obvia el hecho cierto de la gran aureola que irradia el mal. «El mal tiene la fascinación de la ficción y en esta novela queda claro que la mirada del comisario hacia el mal ha llenado su vida; ha sentido la atracción del abismo».

El autor leonés comenta que la expresión de la maldad hoy en día está demasiado degradada y trivializada y apela a Shakespeare para expresar de qué manera el arte debería reflejar la grandeza del lado oscuro que todos albergamos.

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