La rehabilitación ha primado la conservación preventiva
Según destaca el restaurador Fernando Cortés, los criterios que se han venido aplicando en las intervenciones realizadas tienden a priorizar la conservación preventiva de las vidrieras y la reversibilidad de todos los tratamientos, minimizando en la medida de lo posible las intervenciones directas de restauración.
No obstante, algunas acciones directas han sido inevitables y necesarias, como por ejemplo la limpieza de las vidrieras, la restauración de fracturas y lagunas en los vidrios, la reintegración de pinturas perdidas, etc.
El método clave para poder garantizar la conservación de las vidrieras son los llamados acristalamientos isotérmicos de protección. Éstos se caracterizan por el desplazamiento de la vidriera original hacia el interior del edificio, instalándose el vidrio de protección en el lugar que ocupaban los paneles originales y creándose así una cámara interior de ventilación natural por la que circula aire procedente del interior del edificio. Con este sistema, al quedar la vidriera en el interior, protegida de la mayor parte de agentes nocivos exteriores, se consiguen igualar los niveles de temperatura y humedad existentes en ambas caras de sus vidrios y se evita la formación de agua de condensación sobre el vidrio original y los efectos nocivos de las radiaciones solares y de los gases contaminantes presentes en la atmósfera.