Y la piedra se convirtió en un jardín lleno de flores y colores
La pintora Teresa Mata reúne sus óleos de extraordinaria sensibilidad en la Casa de las Carnicerías de Caja Espña
A lo largo de su dilatada historia la Casa de las Carnicerías ha tenido múltiples utilidades, pero nunca hasta este momento se había transmutado en un frondoso jardín. Pues bien, estos días, los viejos muros cobijan una auténtica explosión de colores, innumerables ramos de flores, especialmente de fragantes rosas, dan un toque especial al antiguo edificio del Barrio Húmedo.
Teresa Mata, después de atender a sus importantes obligaciones profesionales, todos los días tiene un tiempo para dedicarlo a las flores. Así ha conseguido reunir esta maravillosa colección de óleos en los que, con extraordinaria sensibilidad, muestra al espectador su mundo particular, su especial universo de flores. «Pintar me sirve para relajarme, para olvidar la rutina del trabajo diario, para dejar a un lado los problemas cotidianos. Cuando me pongo ante el lienzo es como si habitara en un universo diferente»., Flores de todos los colores, maravillosos ramos que la artista sitúa en el interior, en el taller en el que pinta. «La mayoría de los cuadros están realizados pintando directamente del natural. Así consigo disfrutar doblemente de las flores, primero directamente y, después, desde su nuevo hábitat en el lienzo».
Luis V. Madrigal ha dicho sobre las flores de María Teresa Mata: «Ella, más que con la mano pinta con el corazón. De cada lienzo que nos entrega emana un resplandor lírico, un aldabonazo silencioso que invita a la contemplación del objeto, o, si se prefiere, un destello de hermosura. Sus obras, fruto de su incansable ímpetu creador, producto de su empuje vital, a todas luces repletas de sinceridad, son exponente meridiano de sus vibraciones interiores grávidas de espontaneidad, ahítas de llaneza. Y es que frescas, lozanas, airosas, exentan de enmienda alguna, resultan un compendio de impulsos y armonías concertadas».
La pintora ha sabido sintetizar al máximo su pincelada, trabajando con sugestivas manchas de color que dotan de de enorme vigor a sus lienzos. Sus flores, especialmente las rosas, contienen toda la mágica belleza de la naturaleza. Pero no se trata de una simple copia, de un traslado de la realidad al trampantojo del lienzo. Teresa Mata añade vida a sus modelos, emplea en su labor tanto los ojos como la imaginación, para que los pinceles logren obras redondas de enorme belleza plástica. Estos días, la Casa de las Carnicerías es, sin duda, el más hermosos jardín de la ciudad.