El CSIC descubre que Escalada se restauró con «escombros» en 1981
Los investigadores han realizado un «barrido» del edificio en el que han logrado detectar todas las fases constructivas, algunas desconocidas hasta la fecha
Llegaron casi en secreto y sus hallazgos podrían cambiar la historia conocida de San Miguel de Escalada. Un equipo de investigadores del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) desembercaba la pasada primavera en el monasterio para «radiografiar» esta joya del mozárabe. Con modernas técnicas han puesto al descubierto que algunas restauraciones fueron auténticas chapuzas, hasta el punto de poner en peligro un edificio con once siglos de antigüedad.
En 1981, el riesgo de movimiento del edificio se combatió con un «micropilotaje» de un muro que pretendía «atar» la iglesia y evitar así desplazamientos. Sin embargo, esta obra, según han averiguado los expertos del CSIC, lejos de solucionar el problema, rompió el equilibrio estructural del edificio, convirtiendo la fachada occidental en un paramento fijo frente al resto de la iglesia, sujeta a los movimientos naturales del terraplén sobre el que se asienta.
Por si fuera poco, esta misma fachada occidental vuelve a ser sometida a una profunda reforma de manera casi inmediata con motivo de las excavaciones del edificio. «Se desmontan los contrafuertes, considerados inútiles, se rehacen las partes altas de las naves laterales y un tramo de la nave central, situado entre el dintel de madera de la puerta original y la viga alta que marca el inicio de la obra mudéjar».
Y lo peor de todo: la obra se ejecutó en una «mampostería burda, cogida con cemento, para la que curiosamente se emplearon escombros, como demuestra la singular presencia de un tubo de hormigón. Tal fábrica fue ocultada por unas capas de cemento que han sido eliminadas con motivo de la restauración actual». El relato de los investigadores del CSIC es demoledor.
Medidas erróneas . Con motivo del hundimiento del ábside hace dos años, el decano del colegio de arquitectos de Madrid, Ricardo Aroca, responsable de la restauración que se acometió en San Miguel de Escalada hace 25 años, explicó que las últimas obras en el monasterio se hicieron basándose en planos llenos de cálculos defectuosos. «Errores geométricos en algunos casos superiores a cincuenta centímetros».
Los trabajos del CSIC, con una duración de cuatro meses y un presupuesto de 17.800 euros, financiados por la Junta, persiguen hacer una «lectura» de los paramentos y una planimetría, para conocer a fondo la estructura del edificio, detectar sus puntos débiles y obtener nuevos datos desde el punto de vista histórico y arqueológico, que podrían determinar futuras intervenciones.
Los resultados preliminares desvelan una rica secuencia de fases en el proceso de construcción del monasterio desconocida hasta hoy. Se han podido individualizar tanto las unidades correspondientes a la obra original del siglo X, como las relativas a las reformas y reparaciones posteriores.
El CSIC ha aplicado un método estratigráfico -”más propio de la arqueología-”, para averiguar «las acciones constructivas y destructivas, ya sean espontáneas o inducidas, que han tenido lugar a lo largo de su historia y que determinan el aspecto final de la iglesia.